La fundación de Caja de Ahorros de Jerez (1834), la del Banco de Jerez (1859), pasando por la banca Díez, Vergara y Cía, muestran que esta ciudad ha tenido personas con grandes fortunas, que se reflejan en las casas solariegas, y en grandes y numerosos conventos, asentadas en el Olivar, cereales, viñas, bodegas, ganadería brava y equina. Hago un repaso de las bodegas vendidas en los últimos años: Bázquez, Domecq, CZ, Windows, Pemartín, Sandeman..., por citar, de memoria, algunas. Es de agradecer que capital foráneo y local, se interesaran por la compra. Es dinero que entra, inversiones. Grandes cafeterías y restaurantes que han sido adquiridas con capital extranjero: bienvenidos. Pero la pregunta es: los que recibieron el dinero de la compra, los vendedores, ¿dónde han invertido? Está claro que en Jerez no. En principio Jerez se beneficia de las inversiones foráneas, pero se queda igual. No se ha creado riqueza nueva, no se han creado puestos de trabajo. Jerez es una ciudad de pasivo, se nota por el gran número de entidades financieras. ¿Dónde ha ido el importe de las ventas?

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