Análisis

pedro ingelmo

Un ejército de crónicos llama a la puerta

No vamos a descubrir que en España tenemos una de las mejores sanidades del mundo. El turismo sanitario lo confirma. Y, entre ellas, Andalucía tiene un sistema aceptable. No es lo que vende la presidenta de la Junta porque basta ser un poco viajado, y uno desgraciadamente lo es en estos menesteres, para darse cuenta de que nuestros hospitales son bastante más incómodos que los de otras comunidades, por no recordar el caso de aquella pobre mujer de 88 años con aritmia que se pasó 28 horas esperando en una butaca del hospital de Jerez. Pero bueno, salvando casos puntuales, la nota no es mala... para los enfermos agudos.

Pero ahora hay que ir a por otro reto. Porque lo que tenemos es una red de hospitales bastante bien equipados con buenos profesionales, pero orientados básicamente a esos problemas agudos. Pero la inmensa mayoría de los enfermos son crónicos. Diabéticos e hipertensos son una legión sobre los que pende el tic tac de un fallo renal o cardiaco como una bomba adosada en el pecho. Un estudio realizado antes de la crisis proyectaba que, en caso de contar con un modelo sanitario más orientado al enfermo crónico, se podrían salvar 68.000 muertes de personas hipertensas y 37.000 más por fallo cardiaco. Reino Unido, que cuenta con una sanidad en global mucho peor que la nuestra, es el país que más está avanzando en este modelo. No por amor al arte ni a los súbditos británicos, sino por la sencilla razón que una atención al crónico le ahorra dinero en el posterior tratamiento agudo, que es mucho más caro. Esto consiste en educación sanitaria y formación, autogestión de la enfermedad y, por último, el sistema, una conexión más fluida entre atención primaria y hospitalaria.

Ahora mismo este es el gran debate de los analistas del mundo sanitario. Y también del económico si se quiere hacer sostenible un sistema como el que disfrutamos. Como tenemos una sanidad tan buena y contamos con la probabilidad de vida más alta del mundo será conveniente que empecemos a prepararnos para cuidar a un baby boom, esa masa de la que formo parte, generalizadamente enfermo y con achaques.

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