Álvaro Robles Belbel
Moderación inferior a la esperada del IPC en EEUU
Bienteveo
En la Misa del pasado domingo de resurrección nuestro Obispo, dando una muestra más de su sensibilidad con los problemas de Jerez y su diócesis, convocó especialmente a los jerezanos a su Iglesia Catedral, en la jornada de ayer sábado, en una celebración de acción de gracias por la magnífica Semana Santa que se ha podido vivir este año aquí y en todas las poblaciones de nuestro entorno y, especialmente, para implorar la llegada de la tan necesaria lluvia, de la que por desgracia tan escasos estamos desde hace unos años, algo que afecta gravemente al campo, a las cosechas agrícolas habituales en la zona, al cultivo de la vid o al olivar; desde luego a la ganadería y consiguientemente a la economía de cuantos viven de esta actividad esencial en nuestra comarca y por extensión prácticamente a toda la comunidad andaluza, además de a los acuíferos, la limpieza de la atmósfera y también a la salud…
Y al escucharle la convocatoria de dicha rogativa para implorar del Altísimo el beneficio de la referida lluvia, no pude por menos que recordar algo que hace años me contó un compañero periodista, referido a cuestión similar acaecida en la capital murciana, cuando una comisión de notables fue a solicitar del entonces Obispo de Orihuela-Murcia, un prelado ya bastante anciano, rogativas por la lluvia y la salida procesional de la Virgen de la Fuensanta, quien después de escucharles atentamente, tras una pausa se levantó de su asiento y tras mirar por un balcón de su despacho el soleado cielo que en aquel momento lucía sobre la ciudad murciana, regresó donde estaban acomodados sus visitantes y tranquilamente les espetó: "bueno, bueno, ustedes pueden rezar cuanto quieran y organizar la procesión, pero mientras no se nuble, no creo que llueva…".
Y aunque desde entonces han cambiado y mejorado mucho las técnicas de predicción en lo que a lo meteorológico se refiere y por tanto, según nos dicen expertos en el tiempo, las expectativas próximas de lluvia no son muy optimistas, uno quiere conceder valor taumatúrgico a la anunciada rogativa para que la lluvia riegue y de verdad nuestros resecos campos, llenando los embalses y reponiendo los casi extinguidos acuíferos, y para que las buenas intenciones de la iniciativa episcopal se conviertan en una de esas buenas noticias que se esperan con la certeza de que nuestra plegaria colectiva seguro que llega a su destino…
Si, además, con motivo de esta convocatoria para pedir el beneficio de la tan necesaria lluvia, ha sido llevado en procesión hasta la Catedral el Cristo de las Aguas; "El Aguador"; que recibe culto en la Capilla bautismal del templo patronal de San Dionisio y del que la popular leyenda cuenta que cada vez que se mueve tan antigua y venerada imagen Jerez se ve bendecido por el liquido elemento, seguro que mas pronto que tarde veremos mojadas nuestras calles y regados nuestros campos, que falta hace…
Y si a partir de ahora llegan varios frentes de borrascas atlánticas, mucho mejor todavía.
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