Hace un mes el gobierno central aprobó el Anteproyecto de Ley de Memoria Democrática. El objeto de esta Ley es "el reconocimiento de los que padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, de conciencia o creencia religiosa, de orientación e identidad sexual, durante el período comprendido entre el golpe de Estado de 1936, la Guerra Civil y la Dictadura franquista hasta la promulgación de la Constitución Española de 1978".

Inmediatamente, los de siempre lanzaron toda su metralla dialéctica contra este proyecto con sus argumentos habituales: que en los dos bandos hubo asesinatos y que todo quedó superado con la Constitución del 78. Pero todos sabemos que los republicanos fueron perseguidos con saña durante la dictadura, cuando se fusilaba sin juicio y hasta por una delación de haber pertenecido a un sindicato o partido de izquierdas. Y no se olvide que lo del 78 - que sirvió en su momento - se hizo con los sables señalando como alternativa la vuelta a un fascismo salvaje. Ahora se añade un nuevo argumento: que no es oportuno por la pandemia. Y lo dicen los que no quieren parar nada poniendo la economía por encima de la salud. Los que piensan que "no hay que confinar al cien por cien para salvar al uno por ciento" (Ayuso dixit).

Adelante con la Ley de Memoria Democrática. Y adelante con las excavaciones del Parque Scout en nuestra ciudad. Sigan ustedes en redes a las plataformas y asociaciones para la recuperación de la Memoria Histórica en Jerez buscando verdad y reparación. Y, cuando puedan, visiten la Casa de La Memoria en Jimena de la Frontera. Allí verán y sentirán lo que fue la represión sumarísima, la esclavitud, el exilio. El grito de las víctimas sigue y nadie podrá jamás amordazarlo, como pretenden los de siempre.

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