Vuelve el ladrillo. Sí, así es. Dicen que el hombre, entendido como término universal sin discriminar a nadie, es el único animal -y 'animala'- que tropieza dos veces con la misma piedra -en este caso con el mismo ladrillo-. Es una canción que ya conocemos y una experiencia que ya vivimos hace unos años en la denominada 'crisis del ladrillo, burbuja inmobiliaria'. Hace exactamente unos diez años que vivíamos una de las peores crisis que se conocen en la historia de la economía y la sociedad. La llamaron de todo: "crisis de dignidad, crisis de vergüenza, crisis de la banca, crisis sistémica o estructural". Recordaremos al autor Santiago Niño Becerra. Fue uno de los más notables economistas que se atrevió a predecir en los momentos de bonanza y euforia la gran crisis que se avecinaba. Escribió uno de los más famosos libros 'El crash del 2010'. Pues ahora, con menos intensidad después del sufrimiento de aquel entonces, todavía con 'cadáveres supervivientes' de esa crisis no superada del todo, observamos cómo el ladrillo que fue refugio de inversores más que el oro en su día, vuelve a tener protagonismo.

La brecha sigue y aumenta donde los pobres son cada día más pobres y los ricos más en el taco. Quizás por esa razón y porque ahora el dinero en los bancos en depósitos a plazo fijo no dan nada. Quizás por el vértigo que genera la bolsa. Probablemente por la incertidumbre que trasmite el gobierno actual a la industria y por tanto a la economía - léase el caso de los motores diesel-. Y muy probablemente por las barreras de entrada a la compra de una vivienda en la actualidad por su alto precio. Por esos motivos el capital, o los del taco, han vuelto a inmovilizar sus dineritos en la compra de inmuebles y eso lo estamos volviendo a ver en Jerez.

Es un indicador de lo que digo. No como antes pero sí se vuelven a ver grúas en las obras y maquinaria de alquiler para los trabajos de los diferentes oficios. Es bueno porque genera empleo y porque ahora no hay ese frenesí, esa ansiedad especulativa que nos volvió loco a todos. Ahora parece que se centra en una economía más productiva. Sólo tenemos que ver que hay bastantes promociones construyéndose en Jerez. Desde hace bastantes años no había ni la más minina actividad. Además, en un alto porcentaje son edificaciones orientadas al mercado de alta calidad y lujo.

El otro indicador de lo que digo es que prácticamente todas están vendidas o se están vendiendo a muy buen ritmo. Incluso algún o alguna comercial de la zona se atreve a decir a los potenciales clientes que "sólo están a la venta las tres primeras plantas porque están esperando a poder venderlas y así subir el precio del resto de plantas". ¡Olé! Moraleja: alguien con recursos suficientes o taco tiene que comprar las viviendas porque otros no pueden comprarlas y las tendrán que alquilar.

Así está el mercado. Así está el ladrillo. Ha vuelto a ser refugio del taco. Sólo una última reflexión: aunque el hombre sea el único animal que tropiece dos veces 'con la misma piedra'…, pero por lo que más quiera no tropiece dos veces con 'el mismo Pedro', y vaya Ud. condió.

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