Preámbulo fuera de contexto: me adhiero a la propuesta de Fernando Santiago, que escribió hace unos días "Obispo Ceballos vuelve a Cádiz, aunque sea en pijama". Otros pueden ir a la sede vacante de Guinea Conakry, donde pueden ejercer su acrisolada democracia y caridad.

Y ahora al tema de hoy. Vaya por delante que a mí me gusta el fútbol una jartá. Y quien dice el fútbol, dice el baloncesto o el montañismo con subida con zarpas al Everest. Estoy harto de películas tremendistas con crímenes, peleas, violaciones, atracos y tiros a bocajarro. Si cualquier noche pones la tele y al azar una película, por lo menos te acuestas con tres o cuatro muertos.

Pues bien, estos días en los que la Liga está de vacaciones, se ha jugado un llamado Torneo internacional la Liga Promeses en Arona ( Tenerife ). Torneo de fútbol para niños de 10 a 12 años de edad. Y es de lujo, admiración y sorpresa. Ver jugar a estos chavales con tanta ilusión, entrega, pundonor lo dejan a uno boquiabierto. Eso es deporte y lo demás...

Jugar al fútbol como debe ser, coger la pelota y nada de tiki-taka ni pamplinas, sino correr como locos hacia delante, para buscar la portería contraria a fin de meter un gol, que de eso se trata.

Torneo internacional con 8 equipos españoles (como Valencia, Barcelona, Villareal, Betis, Atleti), más cuatro extranjeros de categoría (como Paris Sant Germain o la Juventus) jugando entre ellos en liguilla hasta la final, que fue entre el Madrid y el Inter. Quedaron empatados a uno y tras la breve prórroga, penaltis. Los chiquillos llorando tras la victoria a lágrima viva. No hay alegría más grande y más sana en la vida que marcar un gol siendo niño. Y luego nada de pamplinas. Cuando tienen un choque o una patada circunstancial, nada de hacer el paripé para engañar al árbitro. Se ponen en pie enseguida cojeando. Y hasta respeto al árbitro, sin cantarle las cuarenta al menor descuido del colegiado.

P/D. Sí, es verdad. Como dicen sus organizadores "devuelven ilusión y pureza al fútbol". Y en consonancia nos enseñan a los adultos, con el cuento con que siempre estamos, a ser más sinceros, puros, entregados, leales, competitivos, honrados y deportistas. Los tiros de las pelis en la tele llenan el corazón de acíbar; estos chavales, de pundonor y de alegría.

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