Análisis

Sergio romero

Portavoz de Ciudadanos en el Parlamento de Andalucía

A los miles de Pepes de Andalucía

De todas las mentiras del PSOE la de las listas de espera es, sin duda, la peor

Cuando un voto vale más que la dignidad de una persona, la política pierde todo su valor y se convierte en una aberración institucional. Antes de que llegara este gobierno, muchos intuíamos que debajo de las alfombras de San Telmo encontraríamos decenas de agujeros y puertas traseras. Lo que nunca imaginé es que también habían personas escondidas deliberadamente para maquillar las listas de espera de sanidad y dependencia y presumir de gestión política.

Es difícil encontrar un calificativo que defina la mezcla de indignación, pena y rabia de descubrir a esas 500.000 personas expulsadas a un limbo sin saber que no iban a recibir el tratamiento médico que esperaban. Más difícil fue comprobar que el gobierno socialista dejó también fuera a 35.000 personas dependientes, adultos, niños y mayores. Personas que no pueden valerse por sí mismas y necesitan a un familiar o persona a su cargo para poder vivir.

Pero lo más aterrador ha sido comprobar que toda esta crueldad apenas ha conmovido al PSOE, y que lejos de asumir responsabilidades o depurar cargos, ha sido capaz de criticar al gobierno por hacer "política de cementerio", cuando en Andalucía muere una persona cada hora esperando una prestación por dependencia. ¿Nos merecemos esta oposición? ¿Tan escocido está el PSOE de haber perdido el gobierno que es capaz de llamar "política de cementerio" al plan de choque de 77 millones aprobado por el gobierno para dar una solución urgente a 35.000 personas dependientes?

En el pasado Pleno conté la historia de Pepe en el Parlamento. Pepe es el padre de José Juan, un librero que conocí la pasada campaña. Recuerdo que llevé nuestro programa de políticas para autónomos, pero no quiso escucharme. Por un problema de salud, su padre había perdido una pierna, y a los pocos meses perdió la otra, pero Pepe no era ni siquiera uno de los 8.196 grandes dependientes registrados por la Junta. En cuatro años no recibió una cita para valorar su dependencia, que es el trámite previo al Plan Individual de Atención que da acceso a la prestación. Era, sencillamente, invisible, y si salió adelante fue por la dedicación de su hija, que renunció a su trabajo, a su vida privada y a su juventud para poder cuidar de él, una suerte que no todos tienen.

Durante la campaña escuché decenas de historias, pero esa se me quedó en la memoria. Por eso, con su autorización, quise contar su historia en el Pleno. Pepe tiene la suerte de tener una hija que hipotecó su vida, pero hay muchos más Pepesen Andalucía que no tienen ni la suerte ni las ayudas. Y eso es intolerable.

De todas las mentiras que urdió el gobierno socialista durante 37 años, esta es, sin duda la peor. Por un puñado de votos, el PSOE vendió su alma y olvidó sus siglas, presumió de una realidad que no existía y dejó de ser el gobierno socialista que decía para condenar al ostracismo a miles de andaluces que esperaban inocentemente una intervención o una valoración médica.

Estoy convencido de que gobernar es un ejercicio difícil que puede admitir errores. Pero si el primer deber de un buen gobierno es trabajar de forma honrada, la primera virtud es hacerlo sin mirar a izquierda o a derecha, y la primera obligación no abandonar a ningún ciudadano a su suerte. Menos aún si ese ciudadano lleva años esperando o depende de otro.

Es hora de devolverle la dignidad a la gente. Andalucía ha vivido durante 37 años bajo un manto opaco en el que se permitieron el fraude y el vicio, pero ha llegado el momento de recuperar ese tiempo perdido y avanzar hacia la justicia social. Lo haremos por esos miles de Pepesque han sido invisibles y silenciados tanto tiempo. Por todos ellos vamos a dejarnos la piel. Como dije en mi última intervención, firmaría mil veces no pisar jamás San Telmo con tal de no tener escondidas a 35.000 personas que esperan una ayuda. Esto no va de izquierdas, de derechas, de centro o de extremos, sino de humanidad. Ellos, más que nadie, se lo merecen.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios