Javier Valle García

De aquellos polvos, esta ATMJ

28 de marzo 2022 - 01:33

Allá por marzo de 2009, animado por una serie de mosqueteros insurgentes, técnicos municipales vilmente atacados por la, hoy condenada y entonces alcaldesa, Pilar Sánchez, y muchos empleados municipales achicharrados, impulsé la fundación de la Agrupación de Técnicos Municipales de Jerez.

Creamos un sindicato destinado primordialmente a DEFENDER el trabajo y los derechos laborales de los titulados universitarios del Ayuntamiento y, por supuesto, de los demás empleados de la plantilla municipal.

En el artículo 2.3 de sus estatutos se incluyó "Proteger los derechos laborales y sindicales de sus afiliados; de la propia Asociación y en general de los profesionales empleados del Ayuntamiento de Jerez y las entidades de su titularidad."

Aquella fue una época muy dura. Diría que la más complicada que se ha vivido a nivel laboral en la administración local de Jerez. Retrasos hasta de meses en el cobro de nóminas; ceses y traslados a dedazo trufados de persecución; técnicos señalados por políticos en juzgados de lo penal para eludir su responsabilidad; un ERE salvaje y políticamente dirigido; y una plantilla municipal permanente calificada como enchufada, vaga y excesivamente remunerada. Manifestaciones y concentraciones de protesta eran el "plan" nuestro de cada día.

Allí estuvimos batallando por los técnicos y por todos, contra los ataques y desconsideraciones. No éramos de disfrazarnos de romanos, ni de montar barricadas pero sí, de detectar, analizar y hacer públicas injusticias e ilegalidades que atropellaban a los empleados municipales, y pelearlas administrativa y judicialmente.

Ya hace años que este fundador y parte de la Junta que dirigió la ATMJ fuimos desalojados de ella por mantener los principios fundacionales frente a la corriente y línea de actuación hoy vigente. Previa elección asamblearia, dejamos de ocupar cargos en el sindicato. Meses después, en diciembre de 2014, causé baja en el que, hasta entonces, fue un ilusionante y necesarísimo proyecto colectivo.

Entonces lo justifiqué exponiendo, entre otros argumentos, que: "Disiento de la línea de actuación, objetivos y formas seguidos por la Junta Directiva actual […] La senda por la que han llevado al sindicato se ha apartado cada vez más y de manera irreversible de los planteamientos con los que la Asociación se constituyó."

Ajeno desde entonces a cualquier asunto sindical, hace unos días me topé casualmente con una concentración, que me hizo conocer una gran polémica que hoy se suscita en el ámbito laboral del Ayuntamiento. ATMJ planteó recurso, en vía judicial, contra un proceso de funcionarización que consiguió otorgar el estatuto funcionarial a 200 empleados, que tenían la condición previa de laborales fijos. Entre ellos varios afiliados de la propia asociación de técnicos. Y ello, argumentando la ilegalidad de las bases de la convocatoria, por un supuesto perjuicio comparativo para el personal laboral indefinido, entre el que nos encontramos centenares de empleados municipales. Lo pretendido por ATMJ ha sido desestimado en primera instancia. Y posteriormente en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Aun así, mi otrora asociación ha mantenido la acción, recurriendo ante el Tribunal Supremo, donde se encuentra en este momento.

Siendo el Derecho una de las "ciencias" más inexactas que existe, y pese a las desestimaciones previas, cabría la posibilidad, y el riesgo, de que esta acción judicial de ATMJ pudiera dar al traste con lo conseguido legítimamente y de buena fe, por esos 200 compañeros, si este último recurso sí fuera estimado. El estatuto, el futuro y la condición laboral de 200 empleados están en riesgo.

Al igual que una invasión no es lo mismo que una guerra, un ataque es distinto a una defensa. Ninguna acción, por mucho que pretenda legalidad o igualdad, y menos aún si responde a intereses o animadversiones particulares, justifica dejar víctimas por el camino. Fue la máxima con la que se creó y funcionó, en sus primeros años, ATMJ.

Si tan seguros están en la agrupación de técnicos de que no hay riesgo para esos 200 compañeros, hoy funcionarios, que sus dirigentes así lo firmen, respondiendo particular y personalmente de las posibles consecuencias. Que se jueguen el pan de su casa, igual que están jugando con el de sus propios compañeros, amigos y afiliados.

Como parafraseó un sabio señor hace años en este medio: "Un poquito de por favor".

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