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Análisis

fernando faces San Telmo Business School

La reputación es rentable

La confianza es el pilar fundamental de la banca. Es la base de su reputación ante sus clientes y ante la sociedad. La reputación es su principal activo, aunque no figure en los balances. Sin reputación, sin confianza, el negocio bancario no es sostenible. Sin embargo, los banqueros no le han prestado la misma atención que al resto de los activos. Siendo el activo más valioso de la banca, la reputación debe de ser el objetivo prioritario de la gestión: mediante la trasparencia en la comunicación, la calidad de los productos y servicios, la agilidad en los procesos y la profesionalización.

Tras la crisis financiera la banca española ha sufrido un grave deterioro de su reputación por las malas conductas, la falta de trasparencia y la confusa comercialización de productos como las preferentes o los préstamos referenciados al IRPH. Actualmente hay tres juicios abiertos en la Audiencia Nacional: la salida a Bolsa de Bankia, la resolución del Banco Popular y el escándalo de las escuchas encargadas por el BBVA al ex comisario Villarejo.

También estamos pendientes de la resolución del Tribunal de Justicia Europeo sobre la legalidad de los préstamos hipotecarios referenciados al IRPH. Es de esperar que la banca haya tomado conciencia de la importancia de la reputación. La reputación debe de ser el objetivo principal en todos sus planes estratégicos de futuro, en un momento en el que debe redefinir su modelo de negocio.

Independientemente de que la solvencia es el principal factor de sostenibilidad del negocio bancario, a corto plazo la falta de reputación y las malas conductas tienen un coste elevadísimo.

En su último informe de estabilidad el Banco Central Europeo estima que el coste de las multas a entidades bancarias a nivel global es de 350.000 millones de euros, el 15% del capital el sector bancario. Las multas están relacionadas con malas prácticas y falta de trasparencia en la venta y distribución de productos, fraudes de mercado e incumplimiento de los protocolos de control de blanqueo de capitales.

El importe de las multas es un tercio de los beneficios netos de la banca global. Beneficios que hubieran reforzado el capital de los bancos en un momento en el que la regulación internacional (Basilea III) exige a la banca una mayor solvencia.

El coste de las malas prácticas bancarias impacta directamente sobre la cotización de las acciones de la banca, sobre la percepción de la calidad de sus activos y sobre sus ingresos y resultados actuales y futuros.

El daño reputacional es el deterioro de su principal activo y el impacto en su cotización bursátil es superior al de los activos improductivos. Por cada euro de multa el banco tiene una pérdida de un euro más 20 céntimos por el deterioro de su capitalización bursátil.

La reputación es la clave de la sostenibilidad futura de la banca. Por lo tanto, independientemente de que la ética y la profesionalidad deben de presidir la conducta de los bancos, su impacto económico es importante. La reputación es en sí misma rentable para la banca y para cualquier empresa, en el corto y en el largo plazo.

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