Labrecha de género laboral y del paro es un problema arraigado en España que, lejos de corregirse, sigue creciendo a marchas forzadas por mucho que se hable del empoderamiento de las mujeres. Los responsables políticos lo incorporan como una coletilla en cada intervención, discurso, mitín..., pero a la vista está que las medidas adoptadas hasta la fecha por los dirigentes de uno y otro signo no han servido para nada. Mucha palabrería y poco contenido, cabe interpretar, como en tantas otras promesas y proclamas con la que ya cansan a las moscas, sin que a la hora de la verdad se vean los resultados. Entre tanto, las mujeres engrosan las listas de parados con tasas escandalosas en su contra, también en Jerez, la capital del paro y de las mujeres en paro. El título cuelga como una pesada losa sobre las mujeres que superan los 25 años, que ya casi duplican a los hombres desempleados de la misma edad, y eso que las políticas de empleo, según dicen los anteriores, se supone que se orientan desde tiempo inmemorial a reducir una brecha cada vez más profunda.