Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Una 'APP' contra la burocracia

Se arreglan casi en tiempo real baches en la vía pública mientras se tarda más de seis meses en dar licencias

Los tiempos avanzan que es una barbaridad. El Ayuntamiento de Jerez ha presentado una herramienta digital -una app- que sirve para que a través del teléfono móvil los ciudadanos puedan denunciar cualquier incidencia en la vía pública para que sea arreglada casi en tiempo real por el personal de Mantenimiento. Algo así como lo que hace muchos años bautizamos en este Diario como la 'foto denuncia' y que tenía bastante eficacia, pues al político se le ponía la cara colorada al ver la imagen en el periódico y daba rápidamente instrucciones de que la incidencia (un banco roto, una acera levantada, una farola apagada...) fuese solventada. Ya funciona esta aplicación digital en otros ayuntamientos de la provincia y lo hace en ocasiones con cierto éxito, pues tiene la virtud de que mientras no se arregle la deficiencia, el sistema deja en evidencia al responsable a la vista de todos. El arreglo de las cosas más cercanas es lo que más valora un vecino y los políticos lo saben.

Sorprende que este avance técnico conviva con uno de los mayores estigmas que tiene la Administración pública y que no es otro que la enorme burocracia. Al mismo tiempo que la alcaldesa presentaba esta semana la mencionada app ciudadana para los baches en la vía pública, se conocía, gran paradoja, el caso de un vecino, propietario de un bar en la calle Porvera, que lleva seis meses esperando a que le concedan una licencia de obra para algo tan simple como abrir un establecimiento que -fíjense, qué curioso- crea puestos de trabajo. "No hay retraso, es lo normal", le vinieron a decir en el Ayuntamiento, que es lo más grave. Que para abrir un humilde establecimiento haya que esperar al menos medio año significa que no se están haciendo bien las cosas. Seis meses, seis. Significa que los discursos de los políticos cuando hablan de ayudar a los emprendendores (se les llena la boca) están vacíos. No hay trámites que deban durar seis meses salvo para construir un cohete que llegue a la Luna.

Es una auténtica vergüenza que haya gente que se aburra y deje de invertir porque los trámites se eternizan hasta para una tienda de chucherías; no digamos para una planta en un polígono industrial, eso son años aquí. Así, hay que preguntarse, ¿cómo van a venir empresas? Si no es el Ayuntamiento es la Junta y si no el Gobierno central. Una maraña de trámites capaz de aburrir al Santo Job porque lo de la ventanilla única es una gran patraña. Decía el recién reelegido presidente de los empresarios que la híper regulación frena cualquier iniciativa. El jerezano Javier Sánchez Rojas insiste a menudo en que la huelga de bolígrafos en la Administración pública está haciendo mucho daño. Burocracia y funcionarios hastiados y con miedo son un binomio nefasto. Así nos va.

¿Por qué no crear una app para que, además de arreglar socavones en la vía pública -que está muy bien- se puedan poner en marcha en un tiempo razonable proyectos que crean riqueza y empleo? Los tiempos y las nuevas tecnologías avanzan, sí, pero hay cosas que parecen condenadas a ser eternas.

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