E L Gobierno ha sido sensible a los criterios de inversores, agencias de calificación y analistas y ha optado por acelerar el proceso de reforma de las cajas de ahorros. En los dos últimos años se ha producido ya un cambio sustancial en el paisaje del sector financiero público con un proceso de fusiones que ha reducido el número de cajas de 40 a 17. No obstante, seguía pendiente la solución del problema fundamental, que no es otro que la recapitalización de las entidades, cuya solvencia está seriamente dañada por los activos inmobiliarios que los hipotecan desde el estallido de la burbuja de la construcción y por la necesidad de una gestión plenamente profesionalizada. En consecuencia, el Gobierno impuso hace una semana a las cajas la obligación perentoria de buscar inversores privados, dándoles de plazo hasta el 30 de septiembre. Este plazo tan prolongado podría, en realidad, aumentar la precariedad de muchas cajas de ahorros, puesto que todos los intentos de encontrar inversión privada han sido poco exitosos. Por esta razón el Ejecutivo ha optado por conservar el plazo, pero autorizando a las entidades a recibir inyecciones de capital público desde el próximo mes de marzo a fin de cumplir el requisito estricto de disponer de un core capital del 9 al 10%, superior al que se demanda a los bancos. En resumidas cuentas, se acelera la nacionalización de aquellas cajas que no sean capaces de encontrar capital privado que se haga con parte de sus acciones, lo que exige previamente su conversión en bancos. Es de destacar que esta nacionalización es de carácter temporal, con un horizonte máximo de cinco años después del cual los nuevos bancos resultantes han de caminar solos garantizando la solvencia necesaria. Puede afirmarse que, al igual que en el ámbito de las pensiones, el Ejecutivo parece haberse tomado muy en serio la reforma del sistema financiero, otro de los puntales del cambio que precisa la economía española para estabilizarse y ganarse la confianza de acreedores e inversores internacionales con respecto a nuestra deuda.

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