Relaciones humanas

Manuel Fernández García-Figueras

Acontecimientos

EN nuestro querido Jerez no tenemos un buen termómetro simbólico para medir y catalogar las cosas importantes que suceden y que tienen gran resonancia. La reacción ante los llamados acontecimientos la administramos de forma bastante peculiar. En algunos casos nos pasamos dando importancia desmedida a sucesos menores y en otros casos, por el contrario, no sabemos medir bien la relevancia de un determinado evento. Según de lo que se trate y según nos coja el cuerpo, los jerezanos podemos ser unos acalorados entusiastas o, en la otra dirección, somos capaces de mostrar nuestra apatía o indiferencia, materias en las que somos expertos maestros.

La Cátedra de Flamencología cumple sus bodas de oro. Nos parece que este acontecimiento pertenece al grupo de los que Jerez no valora en su justa medida y creemos sinceramente que el hecho tiene importancia para nuestro pueblo y transcendencia para todo lo relacionado con el mundo del flamenco. Pero sobre todo, este feliz aniversario tiene que servir para rendir un verdadero homenaje de admiración y gratitud a los cuatro amigos, poetas soñadores como ellos mismos se definen, que hace ahora medio siglo pusieron en marcha -con sencillez, modestia y pocos medios- la Cátedra de Flamencología en el exclusivo recinto del Real Alcázar jerezano.

Estos cuatro artífices fueron Juan de la Plata Franco Martínez, Manuel Rios Ruiz, Manuel Pérez Celdrán y Esteban Pino Romero. Todos ellos siguen felizmente entre nosotros por lo que podrán recibir en directo el merecido y justo reconocimiento que estamos seguros se les tributará. Han sido muchos años, especialmente los del impulso inicial, llenos de dificultades e incomprensiones. Con posterioridad pasaron épocas de abandono pero en todo momento los 'cuatro poetas del Apocalipsis' supieron mantener vivo el manifiesto fundacional flamencológico firmado el día de la Merced Patrona de 1958 y tuvieron muy presente el fundamento esencial de las más pura jerezanía para sobrevivir y sacar adelante su ilusionante proyecto del que hoy puede presumir Jerez, la ciudad del flamenco por antonomasia.

Felicidades sinceras a los cuatro amigos, humildes poetas soñadores alejados siempre de las actitudes presuntuosas, que al cumplirse los 50 años de su ejemplar fundación ven ahora a la Cátedra convivir con el Centro Andaluz de Flamenco reforzando -como dijo el poeta- su lejano pasado y su todavía más lejano futuro.

Enhorabuena y gracias a Juan, a los dos Manolos y a Esteban.

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