La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Andalucía sin líderes (o casi)

De los cinco candidatos a la Junta en 2018 el único que repite, seguro, en 2022 es el que entonces dieron por muerto

Las elecciones de diciembre de 2018 fueron especialmente singulares: el PSOE perdió el poder después de treinta y seis años largos, el centroderecha sacó más votos y escaños de diputados autonómicos que el conjunto de la izquierda por vez primera y el subsistema político andaluz quedó marcado por la irrupción de la ultraderecha, también inesperada y novedosa.

En 2019 el Gobierno del cambio -pero menos- se asentó sobre la paradoja de que quien lo encarna y preside, Juan Manuel Moreno Bonilla, estaba desahuciado por su partido durante la jornada electoral (con motivo: había obtenido los peores resultados del PP en la comunidad autónoma, o los segundos peores) y se salvó gracias a la caída del PSOE y Adelante Andalucía, y el respaldo de Vox. Y en este maldito 2020 protagoniza una segunda paradoja: es el único de los candidatos de 2018 que sabe con certeza que repetirá en 2022. O antes, que eso lo decidirá también él.

Repasemos la suerte de aquel elenco. Francisco Serrano, el ex juez que acaudilló las listas de Vox con éxito resonante, duró un rato en el Parlamento y en el propio partido ultraderechista, donde fue siempre un verso suelto, y acabó expulsado y procesado por presunto fraude de ayudas públicas en un negocio particular. En Adelante Andalucía uno de sus líderes, Antonio Maíllo, se retiró con dignidad, y la otra, la candidata Teresa Rodríguez, ha terminado abandonando Podemos y rompiendo también con IU. Formalmente, repetirá candidatura, pero al frente de una organización extravagante, creada a su mayor gloria y sin más aspiración que revalidar su propio escaño. Uno solo.

Juan Marín querría repetir como candidato de Ciudadanos, pero no las tiene todas consigo. Inés Arrimadas no termina de mostrarle su apoyo y los sectores del partido que cuestionan su liderazgo crecen y trabajan activamente, y casi públicamente, por su relevo. Y la oposición a Susana Díaz en el PSOE andaluz, más que pública, es abierta, explícita y planificada, si bien no coordinada del todo. Sólo falta el dedazo de Pedro Sánchez sobre su sustituto o sustituta para desencadenar la operación. Que sea cruenta o no depende de Susana misma. Que la operación tendrá éxito, no lo duden. Otra candidata que no repetirá.

La Andalucía política de 2021 es muy distinta a la de 2018. Lo que ha habido es mucho más que un cambio de Gobierno. Y encima sus liderazgos están en liquidación.

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