Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Angelita, la más grande

Pasado ya el ecuador del XXII Festival de Jerez hemos vivido uno de los momentos de mayor emoción que se recuerdan en la historia de este evento. Ayer, en el marco de los Claustros de Santo Domingo, un Pleno de carácter extraordinario del Ayuntamiento de Jerez aprobaba unánime y entusiastamente el nombramiento como Hija Predilecta de la bailaora Angelita Gómez. Rodeada de autoridades, familiares y amigos llegados desde diferentes puntos del país, Angelita recogía agradecida la máxima distinción que puede otorgar el Ayuntamiento a una persona nacida en esta ciudad y lo hacía con la misma sencillez y humildad con la que ha recibido tantos premios y homenajes a lo largo de su vida. Como el que recibirá el próximo 19 de marzo en la Diputación con motivo del Día de la Provincia.

"Espero que en el futuro las nuevas generaciones se acuerden de mí ", declaraba el pasado verano cuando decidía donar al Centro Andaluz de Documentación del Flamenco parte de su legado artístico. Pues vaya si lo harán, las actuales y las venideras generaciones, querida Angelita. Pero no sólo por esas preciosas batas de cola, zapatos o diplomas que, entre muchos otros objetos, quedarán ya para siempre expuestos en el palacio de Pemartín, sino por algo mucho más importante: por ser una persona buena, generosa, solidaria y alegre. Que es una gran bailaora, maestra de bailaoras, una artista como la copa de un pino, sí, pero que además es un ser humano excepcional. Ese es el gran legado de Angelita Gómez y tenemos la suerte de poder disfrutarlo en vida. Porque los homenajes, cuántas veces hay que volver a escribirlo, hay que hacerlos a tiempo. Y este es el momento de ella.

Ayer recordaba la alcaldesa que a la gran Paquera de Jerez le llegó el mismo reconocimiento después de haber fallecido y apuntó el dato de que con Angelita sólo han sido cuatro las mujeres en la Historia de Jerez que han sido nombradas Hijas Predilectas. Un siglo ha tenido que pasar para que una mujer vuelva a recoger en persona una distinción así. Y no es que haya que conceder o no un título así por razón de sexo, sino de valía. Pero lo cierto es que el dato llama la atención y no se entiende. Porque Angelita representa a muchas mujeres luchadoras y fuertes que en cuerpos menudos reúnen un enorme valor para salir adelante pese a las muchas adversidades y en un mundo dominado durante gran parte de su vida por los hombres. Ella es ejemplo vivo hoy para muchos de ellos, como sus compañeros de la Cátedra de Flamencología que de la mano de Pepe Marín han promovido este nombramiento, o los de la Academia de San Dionisio de la que es miembro.

El Festival de Jerez no existiría o no sería el mismo sin ella. Personas como Angelita son un orgullo para una ciudad y como es de bien nacidos ser agradecidos, Jerez le devuelve ahora de la mejor manera posible tanto como ella le ha dado y le seguirá dando. Y quien un día tuvo el inolvidable honor de recibir de tus artísticas manos la corona del rey Melchor te dice: Enhorabuena y gracias, Majestad. Eres la más grande y Jerez te quiere.

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