Apunte

Ignacio Martínez

Todo esto, para nada

LA gente suele celebrar sus cincuenta años de manera especial. Es un gesto de optimismo. Se festeja haber llegado a la mitad de la vida; aunque la vida esté más que mediada. Pero esta fascinación por los aniversarios no es sólo un empeño individual. Los países tienen la misma tentación. Bélgica, para conmemorar su cincuentenario en 1880, construyó un hermoso parque en Bruselas, con un arco del triunfo que es uno de los mejores monumentos de la ciudad.

El caso de ETA es diferente. Estos seres innobles, profesionales del asesinato, la extorsión y el secuestro han decidido celebrar su medio siglo matando, que es lo propio de su oficio terrorista. Por cierto, una condición que sigue ignorando la casi totalidad de la prensa mundial. Sin ir más lejos, el New York Times calificaba a ETA de "grupo separatista vasco violento", en la información sobre la muerte de los guardias civiles de Mallorca. Violento es un defensa central que lesiona a un delantero, lo de la banda criminal es otra cosa. El diario belga Le Soir la llama "organización separatista vasca armada". Y el Times de Londres es aún más escueto y evasivo: contaba que las fuerzas de seguridad buscaban a "dos separatistas vascos" como sospechosos del atentado de Calviá.

En todo caso, ETA ha empezado su gira de verano, contra zonas turísticas. El miércoles en Burgos hicieron estallar una furgoneta con 200 kilos de explosivos junto a una casa cuartel en la que dormían 117 personas, de ellas 41 niños. Los 65 heridos leves deben de haber decepcionado mucho a los asesinos. El jueves tuvieron más acierto en sus fines criminales: en Mallorca mataron a dos jóvenes guardias con una bomba-lapa. Atentar en una isla tiene muchos más problemas de logística, que hacerlo en la península. Hay quien opina que la banda en su debilidad ha puesto a funcionar todo lo que tiene. O sea, quiere causar el máximo daño posible.

Más que ante una efeméride, estamos ante un epitafio. ETA cumple cincuenta años, con 826 muertos a sus espaldas, miles de heridos o amenazados, y decenas de miles de desplazados. Y no tiene motivos para el optimismo. Hay 750 de los suyos en prisión y a estas alturas deben saber que todo esto ha sido para nada.

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