Crónicas levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

Todo es todo

CARLOS Leal Bonmati, el abogado que lavaba el dinero de los conseguidores de los ERE, está en condiciones de dar a la juez Mercedes Alaya lo que la juez ha pedido. Algo así como cuando Torcuato Fernández-Miranda logró incluir el nombre de Adolfo Suárez en la terna que entregó al Rey -entonces, aún casi absoluto- para designar al presidente del Gobierno. Leal Bonmati, un conocido de los sindicatos y de muchos dirigentes socialistas en Madrid, ha comenzado a cantar. En su despacho se lavaba el dinero que Juan Lanzas conseguía, se incluían algunos intrusos, pero, sobre todo, lo que Bonmati ha procurado es poner el nombre de Gaspar Zarrías en circulación; eso parece que le ha salvado de ir a prisión tras pagar 150.000 euros, una bagatela si se considera que Alaya ha enviado a Morón a otras personas que no se han lucrado sin fianza alguna. Bonmati forma la tríada de pillos, y ahora puede contar con quiénes se relacionaba en la Junta. Si Alaya le presiona, y parece que ha dado con su talón de Aquiles, el abogado puede dar todo aquello que la jueza desee. Y todo es todo. Ahora bien, dudo si los contactos y gestiones que Carlos Leal Bonmati haya realizado dentro de la Junta sirvan para algo más que un buen titular y solicitar la imputación de varios aforados. Eso ya es mucho, sí, toda una bomba política, pero ¿y penal? ¿Ah? Eso es otra cosa.

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