ERA cuestión de tiempo. Podemos sufre el mismo mal que los partidos tradicionales. Hace mucho voló por los aires la nueva política, los de arriba y los de abajo, el escudo social y gobernar para el pueblo y no desde reservados y oscuros despachos. Los gobiernos de González repetían incesantemente aquello de cien años de honradez, y a tenor de las sentencias sobre los casos Filesa y otros, ni un minuto más. Recuerdo aquellos años en que desayunábamos cada mañana con nuevo escándalo peor que el del día anterior. Aznar llegó con el discurso de la regeneración, pero años después vimos como no pocos de sus ministros entraban en prisión; La Gürtel -que se destapó en tiempos de Rajoy-, tuvo origen en su administración. ¿Qué podemos decir de los nacionalistas? Casi sin excepción, se comportan igual. El mayor latrocinio vía 'tres per-cent' conocido en la Europa democrática es obra del separatismo. Podemos está imputado por sus cuentas, parece que intenta clonar el disco duro de una de sus letradas- desde luego más fino que darle martillazos-, simula contratos, tiene caja B o S, que viene a ser lo mismo, declara servicios que no se han prestado y parece que desvía fondos. Nada nuevo bajo este sol. Mientras el viejo comunismo clamaba 'al rojo vivo' a bombo y platillo en sus medios amigos contra el bipartidismo corrupto, ahora, destapadas sus vergüenzas -y con ayuda de un periodismo mercenario-, reaccionan como aquellos a los que denunciaron: nada es verdad, todo es un complot o es obra de las cloacas del Estado. Bárcenas nunca estuvo solo. Siguiendo la doctrina de Sánchez-Iglesias en la moción de censura a Rajoy, urge la remodelación del Gobierno con la expulsión del partido imputado. Según el criterio de Iglesias respecto a Rajoy y la Gürtel, o el líder de Podemos es cómplice o es incompetente. Creo que ambas cosas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios