Un día en la vida

Manuel Barea

mbarea@diariodesevilla.es

Beber solo

La combinación de bebida y personas es más propensa a la burricie que a la lucidez

Jamás me habían hecho esa pregunta, pero hace unos días ocurrió. Me senté en una terraza, vino el camarero y le pedí una cerveza. Y entonces dijo:

-¿Va a beber solo?

Yo no vi a nadie más. Estábamos él y yo. Miré al otro lado de la mesa y, en efecto, la silla estaba vacía. Después lo miré a él directamente a los ojos y me pareció que se los habían trasplantado de un cocker. Tardé algunos segundos en responder con una evidencia.

-Sí. Solo.

Podría haber añadido "claro" o "¿por qué lo preguntas?" o "¿ves a alguien más?", subiendo así la gradación de una grosería de la que desde luego se había hecho merecedor. O no. Porque el chaval -con treinta años menos que yo- seguro que hizo la pregunta sin ánimo de ofender y motivado por la extrañeza de ver a alguien dispuesto a beber solo. A no ser que en las escuelas de hostelería impartan una asignatura sobre Morfología del Cliente Solitario. Análisis y Tratamiento. Pero el Ojos de Cocker no tenía pintas de haber pasado por ninguna academia. Más bien -y deduje que de ahí su pregunta- debía estar adquiriendo su educación etílica en el Ágora del Botellón, pasándose con los colegas los apuntes de Litrona Recalentada y Garrafón con Cola.

Sí, tiene mala prensa y peor publicidad beber solo. La imagen de un hombre acodado en la barra dándole vueltas a sus incertidumbres o a la Gran y Única Certeza o simplemente leyendo las etiquetas de las botellas en hilera sobre una repisa se ha considerado el icono de la decadencia alcohólica.

Pero siempre es mejor beber solo que mal acompañado. Eso de que la priva sienta mejor mientras se "socializa" es una memez. Y un embuste. La combinación de bebida y personas es más propensa a la burricie que a la lucidez. Los hombres que veía en mi infancia en la barra de los tabancos bebiendo en silencio no me parecían mejores ni peores que aquellos que a pocos metros tenían montada una jarana, pero yo presentí que iba a decantarme por el bando de los primeros. Así que no se preocupen tanto por los que beben solos. Están en sus cosas, no en las de los demás.

Aquí también se equivocó Rajoy el día de la moción de censura. Yo en su lugar me habría ido a beber al Arahy sin nadie. Te hundes mejor solo, sin espectadores que fingen hacerte compañía cuando lo único que les interesa y atrae es comprobar -los muy cabrones- que, efectivamente, no flotas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios