Por montera
Mariló Montero
La trama
Cuchillo sin filo
El arroyo Fuente de la Salud separa físicamente las playas y los términos municipales de Torremolinos y Benalmádena. Como tantos compatriotas británicos, los hispanistas Raymond Carr y Paul Preston, discípulo el segundo del primero, se enamoraron de este país al entrar por esas dos localidades, entonces pueblos de pescadores, separadas por un arroyo playero que muere en el mar cerca del chiringuito Molière.
Paul Preston me dedicó El holocausto español, su pormenorizado informe sobre la guerra civil española, cuando lo entrevisté en el hotel Colón. En el profuso índice alfabético de esa crónica de los horrores escrita por este seguidor del Everton aparecen Luis Bolín y Constancia de la Mora. Las dos Españas en el árbol genealógico de Enrique Bolín, el histórico alcalde de Benalmádena que acaba de fallecer.
Ese binomio lo retrató Enrique Bolín en un libro de memorias que tituló Retazos inéditos. Y ciertamente lo son tan curiosos ascendientes. Luis Bolín, hermano de su padre, fue jefe de Propaganda de Franco, a quien acompañó en el avión Dragón Rapide de Canarias a Marruecos. Impulsó la red de paradores en España y trajo a Ava Gardner a la Feria de abril de Sevilla. Constancia de la Mora, casada con su tío Manolo Bolín y una de las primeras divorciadas de la República, trabajó de jefa de prensa de la República después de casarse en segundas nupcias con Ignacio Hidalgo de Cisneros, jefe de la aviación republicana y ayudante de Casares Quiroga, el coruñés que fue ministro de la Guerra. Tuvieron una hija de cuya custodia se encargó Pasionaria en Moscú.
Por eso la izquierda y la derecha estuvieron en su funeral. La precocidad política de Bolín fue espectacular. Fue alcalde de Benalmádena con 26 años, la edad de Isco Alarcón, el ídolo deportivo de su localidad, y casi medio siglo después volvió a presentarse con las siglas de una agrupación que coincidía con su apellido: Bolín Organización Liberal Independiente. Se vio inmerso en un proceso judicial que le llevó preso al Castillo de los Moros de Gibraltar. La única ocasión en la que coincidí como periodista con Arturo Pérez-Reverte, que tendría en el árbol genealógico de Bolín materia para doscientos Falcós.
Llevó Muerte en Venecia y El acorazado Potemkim a la Semana de Cine de Benalmádena. Fue directivo del Málaga. En el pueblo cuya población multiplicó por diez murieron mis padres y viven mis ahijados. El ayer y el mañana.
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