AUNQUE queda ya bastante lejos, ahora que ha concluido el Curso escolar 20-21, es necesario reconocer que, debido al evidente peligro de la pandemia, sin duda alguna este año más que nunca se han puesto de manifiesto varias decisiones y comportamientos que enaltecen a sus protagonistas y que avalan la aceptable normalidad con la que, de septiembre del pasado año a junio del presente, se han podido llevar a cabo las clases en los diversos centros educativos y consiguientemente el proceso de formación de los alumnos de las diferentes etapas de la enseñanza…Y ello ha sido posible, en primer término y me refiero a nuestra Autonomía, por la firme apuesta de la Junta para que la necesaria formación de nuestras generaciones más jóvenes no se viera afectada por el peligroso virus del Covid 19, aunque se hayan tenido que adaptar muchas clases presenciales para ser impartidas a distancia, se haya incrementado el gasto por la implantación de medidas de protección en los Centros, se hayan tenido que subsanar o intentado al menos muchas carencias que todavía se padecen y, sobre todo, se hayan tenido que controlar y mucho todas las medidas de protección para alumnado y profesorado, para cuantos trabajan en cualquier función en el ámbito de la educación, en un plausible intento de evitar los contagios de la enfermedad que hubieran podido obligar a la paralización total de la actividad docente…

Pero además, junto a esto y a pesar del lógico temor inicial de padres y familiares para que los niños acudieran a sus colegios, es preciso reconocer y resaltar la apuesta de la sociedad para que las clases se siguieran impartiendo y la implicación del conjunto del profesorado para que su labor docente se siguiera desarrollando cada día, compatibilizándola con aquellas medidas de protección para sus alumnos que impidieran contagios y la peligrosa propagación de una enfermedad que nos llegó por sorpresa y nos cogió a todos con un absoluto desconocimiento de sus terribles consecuencias.

Y sobre todo, dentro de la heroicidad colectiva con la que se ha vivido el Curso que concluyó formalmente el pasado viernes, es de justicia destacar la actitud, admirablemente responsable, de los alumnos; niños y niñas no importa su edad, que han sabido dar un ejemplo de madurez soportando la molesta mascarilla, utilizando el ya famoso gel hidroalcohólico, aguantando el frio de las aulas con ventanas abiertas, lavándose las manos hasta casi desgastárselas, cumpliendo las normas de acceso al centro, tanto el entrar como en la salida, evitando juntarse demasiado con sus compañeros y en fin, asumiendo unas obligaciones nada habituales para su edad y circunstancia…

Estos han sido nuestros héroes del Curso escolar, especialmente los más pequeños. Que por supuesto ha presentado deficiencias y problemas, que ha provocado la inasistencia de muchos alumnos a clase, que ha obligado a seguirlas, en bastantes casos, a distancia y por medios telemáticos, que ha exigido el distanciamiento de docentes y padres de familia en no pocas ocasiones, pero que desde el otoño anterior a este verano se ha desarrollado en beneficio de la formación de nuestra población escolar, evitándose una suspensión que hubiera sido verdaderamente traumática y perjudicial.

Por eso las ovaciones, el viernes pasado a las puertas de los colegios. Por eso, la alegría de Padres, Profesores y alumnos que bien merecen ser considerados - los niños, los primeros - como los auténticos héroes del Curso Escolar. Por eso, desde este ‘Bienteveo’, el rendido homenaje a todos ellos y muy especialmente para los más pequeños…