Las cosas que pasan

David Fernández

Bienvenidos

AHORA resulta que todo el mundo es azulino porque su abuelo también lo fue. No es que el virtual ascenso a Primera anime al personal: la gente es xerecista desde que nació. Nadie faltó en Domecq el día que Poyatos resolvió el partido contra el Ceuta con un cabezazo que supuso el ascenso a Segunda A. ¿Y quién no se acuerda del golazo de Fernando Román contra la Gramanet, que también nos devolvió a la categoría de Plata, en Chapín? Los que ahora se suman al carro también arroparon al equipo en su destierro en Sanlúcar, aunque algunos lo hicieran con sombrero, gafas de sol y barba. Bienvenidos sean todos. Y ojalá el club aproveche esta magnífica ocasión para fidelizar una afición que ha sufrido muchas decepciones y sanear sus cuentas. Ahora al Xerez no le faltarán amigos, como a Obama. Nunca es tarde. Y lo paradójico es que quienes han puesto el dinero, entre otros, su máximo accionista, han visto cómo hasta sus jugadores les han dado la espalda cuando han intentado celebrarlo con la afición. Tiempo hay para arreglarlo. El problema es que Morales tiene algunas virtudes entre las que no se encuentra controlar los tiempos y las formas. Ha pensado que la plantilla iba a ver con buenos ojos su vuelta a Chapín después de negociar las primas con él y se ha equivocado por no cuidar los detalles. Tendría gracia que al final no le invitaran a la fiesta. Pero ojo, que también hay que limar asperezas entre Ayuntamiento y club -el convenio no convence en absoluto al consejo de administración- para que salgan todos en la foto. Lo importante es que nadie pierda la razón y se vuelva loco. Nada como tener las ideas claras. El objetivo prioritario, antes que pensar ya en grandes fichajes que nos lleven a disputar la final de la UEFA, no puede ser otro que quitar las telarañas a las arcas del club y, poco a poco, empezar a construir un club con mayúsculas. Un club que deje de vivir de prestado para poderse abrir paso por sus propios medios. Un club capaz, incluso, de construir su propia ciudad deportiva. El Xerez Deportivo y su afición no merecen menos y jamás se ha contado con una oportunidad como la que se presenta gracias a la labor de unos técnicos y un equipo que, no olvidemos, en agosto pasado apenas contaba con 14 jugadores. Los milagros existen.

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