La ciudad y los días

Carlos Colón

Bodas del rencor y la ignorancia

EL equipo de Carmena ha tenido que dar marcha atrás en los cambios de nombres de calles por los graves errores históricos cometidos y por carecer, según las palabras de la alcaldesa, de "un marco normativo para garantizar la viabilidad técnica y la seguridad jurídica". Además debería contar con un equipo asesor que tuviera siquiera unos mínimos conocimientos de Historia de España. Porque Carmena y los suyos -que hacen muy bien quitando de en medio, por ejemplo, a la pro nazi División Azul o a Muñoz Grandes- deberían estudiar un poquito de historia. Así se evitaría que se confunda al espía antinazi Juan Puyol García, el famoso Garbo que engañó a Hitler contribuyendo al éxito del desembarco en Normandía, con el franquista Juan Puyol Martínez; que se ignore que el aviador Francisco Iglesias Brage es recordado por la hazaña de atravesar el Atlántico en 1929, junto a Ignacio Jiménez Martín, en el famoso avión Jesús del Gran Poder, obteniendo la mejor marca mundial en vuelo sobre el mar; que se borre la memoria de Calvo Sotelo, de derecha extrema, sí, y enredado en las múltiples conspiraciones que comunistas, socialistas y derechistas tramaron contra la República, pero líder de la oposición democrática secuestrado y asesinado antes de la guerra en venganza por el asesinato del teniente Castillo, instructor de las milicias paramilitares socialistas conocidas como La Motorizada, por fuerzas de seguridad acompañadas por militantes socialistas encabezados por el miembro de las milicias socialistas Luis Cuenca Estevas, que fue el ejecutor material del asesinato. Por no hablar del caso de Pedro Muñoz Seca, reo del crimen franquista de dejarse fusilar por los comunistas en Paracuellos del Jarama. Lo más escalofriante, por demostrar un odio que da por buenos los fusilamientos de civiles y religiosos, es que se retirara del cementerio parroquial de Carabanchel la placa que recuerda el fusilamiento de ocho jóvenes carmelitas que contaban entre 18 y 23 años.

Por lo visto memoria histórica significa borrar, además de los franquistas, los crímenes cometidos por comunistas y anarquistas, culpando a las víctimas porque eran liberales, de derechas o religiosos. ¿Qué obstinado odio ha elaborado una lista en la que figura esta pequeña placa que recuerda el fusilamiento de ocho jóvenes inocentes? ¡Ay, Carmena! Mal maridaje el del rencor con la ignorancia. Y esto es lo que se nos viene encima.

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