Quienes nos dedicamos desde hace bastantes años a la educación, podemos dar fe de lo difícil que es afrontar el reto diario de llevar una clase y de conseguir que el alumnado llegue a unos objetivos que revisamos continuamente, mientras desarrollamos una metodología que se transforma según el lugar, el momento y las características de las situaciones y sus protagonistas.

Las oposiciones suponen un momento de transición que hace que tu vida se transforme y te llegan en los momentos más dispares, pues cada año hay que dilucidar nuevas incógnitas, ya sean personales, políticas o sociales.

La oposición que se acaba de convocar llega tras una serie de acuerdos con las organizaciones sindicales que habían dado lugar a todo tipo de especulaciones o de esperanzas (en un sentido o en otro).

La de este año parece ser que se desarrollará en una única prueba y contará con una parte teórica en la que se aumentará la optatividad en la elección del tema a desarrollar. Además, según lo anunciado, los aspirantes deberán presentar y defender ante el Tribunal una Programación Didáctica sobre la materia de la especialidad a la que optan.

La segunda parte de la prueba dicen que consistirá en el desarrollo de una Unidad Didáctica, cuya exposición se podrá sustituir, en el caso de los interinos, por un informe de la Administración educativa que acredite estos conocimientos y que podrá ser solicitado por los docentes interinos que se encuentren en servicio activo en el momento de la convocatoria.

También nos comunican que en la fase de concurso se aumentará la valoración de la experiencia docente, de 5 hasta 7 puntos como máximo, además de recogerse la formación permanente como elemento significativo del baremo junto a la formación académica.

Comienza ahora un periodo de aceleración para tratar de incorporarse a las tareas docentes.

Por un lado, están aquellas personas que terminaron sus estudios recientemente y por otro el profesorado que ha venido ejerciendo su trabajo en régimen de interinidad y quiere buscar la añorada estabilidad. ¡Buena suerte!

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