crónica personal

Pilar Cernuda

¿Carmen o Alfredo?

EMPIEZA el congreso federal del PSOE sin que exista un vencedor claro, sin que se pueda hacer un pronóstico de futuro con seguridad de acertar.

Hace una semana se percibía una cierta inclinación de los pesos pesados hacia Rubalcaba, pero en los últimos días lo que se percibe es que Chacón ha jugado bien sus cartas y podría hacerse con el triunfo. El nombre del nuevo secretario general del partido se conocerá mañana, y la cosa está tan reñida que sólo se pueden hacer cábalas. Que Rubalcaba haya acudido a Felipe González tiene dos lecturas. Para mucha gente del PSOE, Felipe González sigue siendo un referente y lo que diga tiene influencia; sin embargo, hay quien considera que el llamamiento de Rubalcaba demuestra que se siente débil ante una Chacón que es amiga personal de Felipe -"la quiero mucho" se vio obligado a reconocer González cuando anunció su apoyo a Rubalcaba-, que ha querido jugar una carta ajena a la contienda acudiendo al ex presidente, lo que podría tener un efecto boomerang. Rubalcaba podría haberse equivocado al dar ese paso, confiesan incluso alguno de sus incondicionales.

Chacón, que sin ninguna duda es peor candidata que Rubalcaba, cuenta con menos peso específico, menos experiencia, menos sentido de Estado y además pertenece a un PSC que las ha tenido tiesas con el PSOE en los últimos años; sin embargo ha conseguido hacer una campaña fresca, atractiva, muy insistente en la necesidad de cambio y de dar paso a una nueva generación, con ciertos guiños a quienes muestran reticencias a su origen pesecé, al marcar distancias con la política fiscal que defienden en Cataluña.

¿Depende el futuro del PSOE de que el secretario general elegido en Sevilla sea Rubalcaba o Chacón? Ahí sí hay unanimidad entre los que conocen bien el partido: ninguno de los dos tiene capacidad para generar entusiasmo, para insuflar el ánimo perdido; ninguno de los dos ganaría a Rajoy, ninguno de los dos es capaz a corto y medio plazo de convertir al PSOE nuevamente en un partido fuerte con posibilidad de captar votos suficientes como para hacerse nuevamente con el Gobierno.

Sevilla es un paso en la transición hacia un PSOE completamente distinto al de hoy, que se encuentra contaminado por un Zapatero que ha sido un desastroso gobernante y que ha llevado al partido a una situación impensable. El PSOE que resurja de las cenizas actuales no puede estar dirigido por quien haya formado parte del equipo de Zapatero. Así que nadie augura a Rubalcaba o Chacón un mandato de largo recorrido. Ni siquiera de medio.

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