No me gustan los anglicismos sin ton ni son que tanto se usan actualmente para cualquier asunto profesional. Soy muy español para todas estas cosas y creo, trabajo y amo a mi idioma que no es otro que el español. Pero hoy me venía al pelo ese palabro inglés de ‘cash’ que significa algo así como dinero en efectivo y que ni tan siquiera recoge la RAE.
Eso es lo que han hecho muchos cofrades que se han portado como leones y han luchado apretando los dientes estos días pasados de Feria. Mientras que el personal se lo pasa de aquella manera, unos gastando dinero y otros esperando en una caseta a que llegue alguien desprendido para se lo gaste por él, muchos cofrades se han batido el cobre por su hermandad.
Ahora toca el momento de recoger las mieles del triunfo y el trabajo. Y la recompensa será el ‘cash’ que, en este caso, es cofrade. Así de fácil.
Si las hermandades han estado sumidas durante dos años a cartillas de racionamiento y a contar cada céntimo de euro, ahora comienzan a entrar esos dineritos tan necesarios para llegar al taller de un tallista o un imaginero y decirle que “de lo mío para cuándo”. Otras hermandades tendrán en su hoja de ruta la restauración de este estandarte o del manto de la Virgen mientras que otros habrán sido como la chicharra y se habrán dedicado a cantar y a bailar. Vendrán las vacas flojas y a ver con que ‘cash’ se encuentran porque con lo de los palcos los números todavía no llegan a salir en otro color que no sea el rojo.
Bienvenido sea el ‘cash’ cofrade que tanto bien va a hacer en las tesorerías. Y enhorabuena a los hermanos que han currado para su hermandad y para sus titulares. Ellos heredarán, no sé si el Reino de los Cielos, pero sí el orgullo de saber de que gracias a su entrega ese casco guapo que ahora lleva el romano al que ya llamamos ‘El Mortadela’ se ha podido pagar con solvencia y orgullo.
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