A rienda suelta

Ángel Espejo / Aespejo@diariodejerez.com

Cobardes

NUNCA es agradable encontrarse a alguien rebuscando en la basura. Me entristece y me repulsa, pero uno llega a acostumbrarse a fuerza de ver a mendigos con medio cuerpo dentro de un contenedor. Hacía como si no fuera conmigo. Miraba hacia otro lado y aquí no ha pasado nada. Así de fácil, pensaba yo, hasta que el otro día se me cayó el alma al suelo. Entre un montón de basuras asomó una cara conocida, la de un padre de familia al que tengo por un buen hombre, humilde y sencillo, con el que en más de una ocasión he coincidido tomando una cerveza y hasta hemos intercambiado impresiones, del tiempo, de fútbol, de los políticos... que más da. Fueron milésimas de segundo, el tiempo que tardó en volver a sumergirse entre basuras y yo en agachar la vista. Maldita crisis, pensé mientras seguía mi camino sin volver la vista atrás. Pero la imagen se me quedó grabada y ahí sigue, nítida, como martillo pilón para recordarme que soy un cobarde rodeado de cobardes.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios