El balcón

Ignacio / Martínez

Colau y Otegi

EL Parlamento Europeo ha concedido uno de los 41 premios Ciudadano Europeo 2013 a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y el Partido Popular está que trina. Tanto, que el eurodiputado Carlos Iturgaiz, antiguo presidente del PP vasco, ha comparado a la PAH con ETA. Podría pensarse que está obsesionado con la banda terrorista, pero llueve sobre mojado: una de las estrellas emergentes del partido, la delegada del Gobierno en Madrid Cristina Cifuentes, ya vinculó en marzo a la plataforma con el entorno etarra. Iturgaiz ha dicho que "hoy ha sido Ada Colau; mañana nos pueden traer a Arnaldo Otegi y, con el voto de la izquierda, darle un premio".

Un servidor considera que el discípulo de Mayor Oreja se equivoca. Pretende denigrar al movimiento ciudadano que ha puesto en evidencia ante la opinión pública el drama de decenas de miles de familias que son expulsadas de su hogar por no poder pagar la hipoteca. Pero con una frase así lo que hace es blanquear a la organización terrorista. La PAH defiende a gente que se ha quedado sin trabajo y sin recursos a causa de la crisis económica. Y ETA ha matado a un millar de personas, herido a varios miles y causado un daño infinito a la sociedad española durante décadas. Iturgaiz roza la perfección en materia de comparaciones odiosas.

La inquina del PP viene de los acosos que la PAH realizó contra sus diputados, durante el debate parlamentario de la iniciativa popular promovida por la plataforma contra los desahucios. Los escraches fueron actos censurables, sean o no considerados finalmente delito por los tribunales. ¿Su gravedad es suficiente como para anular la buena hoja de servicios de este movimiento y hacer injusta la concesión del premio? Cabe la duda. Si nos atenemos a la bases, se distingue a personas u organizaciones que se hayan distinguido por llevar a la práctica valores europeos como la solidaridad y la hospitalidad. Hasta aquí, la PAH saca matrícula. Pero también se recompensa la tolerancia. Y en este punto, suspende.

La moraleja de esta polémica es que no se puede demonizar todo lo que molesta. Vale para la PAH y sus lamentables escraches, felizmente suspendidos. Y vale para los dirigentes populares que andan por la piel de toro calificando de "escándalo", "desatino" e "indignación", que se premie a una plataforma que cuenta con un amplísimo respaldo social y mucho más crédito que los partidos. Compararla encima con ETA es un disparate importante.

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