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Rafael Sánchez / Saus

Colgados de ZP

HOY ya sabemos que durante la negociación de ZP con la ETA no había plan B alguno. Se ignoró la legalidad, se manipularon las instituciones, se humilló a las víctimas, se injurió a la oposición y se dividió al país sin que existiese más garantía de éxito que unos difusos entendimientos del entramado etarra con los prohombres del nuevo socialismo vasco. Sólo el mesianismo de un personaje como ZP y la complicidad ideológica bien engrasada de su corte de aduladores mediáticos pudo sostener un embeleco que hoy yace en la cesta de los juguetes rotos. Cuando ETA decidió darle la patada a la mesa, se vio con claridad la completa falta de prudencia con que se lanzó el proceso y la irresponsabilidad de sus mentores. Eso sí, el mensaje machaconamente trasladado a los ciudadanos insistía en presentar a un bienintencionado ZP atrapado entre el cerrilismo de una derecha intransigente y la vesania de unos terroristas irredimibles, equiparados en más de una ocasión. Sólo ZP y los suyos, bondad y talante, mantienen su prístina inocencia ante la sangre nueva. Niño malcriado, progre de libro, para ZP la culpa siempre la tiene otro.

Tampoco parece existir plan B alguno tras el insensato optimismo exhibido hasta hace dos días por el tandem ZP-Solbes en relación con la crisis económica. Ahora lo que urge es encontrar un culpable a lo que tenemos encima y quién mejor que el odiado Bush, el amigo de Aznar, para cargar con el mochuelo. Pero lo que ZP-Solbes, esa pareja de nulidades complementarias, tendrían que explicar a los españoles es por qué, si la crisis norteamericana es esencialmente financiera y si España tiene, en opinión del propio ZP, el sistema bancario más sólido del mundo, por qué, digo, las consecuencias de esa crisis sobre la economía real -la de las empresas y las familias- están siendo aquí más duras que en cualquier otra parte, superando ya en porcentaje de parados a países como Polonia, Eslovaquia o Hungría. ¿Qué está pasando, señor Zapatero, para que el paro crezca un 30 por ciento en un sólo año? ¿Qué está pasando, señor Solbes, para que la afiliación a la Seguridad Social, motor de todo el sistema de prestaciones, esté cayendo ya un 1.4 por ciento en este ejercicio cuando el año pasado crecía a un ritmo del 3 por ciento? Lo que se le pide al Gobierno de España no es que resuelva la crisis mundial, sino que diagnostique y actúe sobre las causas domésticas que nos hacen tan vulnerables. ¿Qué ha hecho en estos cinco años para encauzar la inmensa bolsa de trabajo precario que ahora se desinfla? ¿Qué piensa hacer con el ruinoso gasto corriente de las administraciones públicas, especialmente de las autonomías? A la vista de los Presupuestos Generales presentados, nada. Como en la fracasada negociación con ETA, también ahora ZP y su manera de entender la política forman parte del problema, no de la solución.

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