Notas al margen
David Fernández
Los portavoces espantapájaros del Congreso
Tribuna libre
Estamos terminando la quinta semana de confinamiento y no me quejo.
Lo llevo bien y sigo considerándome una privilegiada. Estoy sola, pero en un piso amplio, confortable en el que casi todas las ventanas y terrazas dan a un jardín y las que no, a una avenida, sin tráfico ni transeúntes por las circunstancias actuales, y al otro lado de la misma otro jardín enorme y solitario.
No puedo pedir más. Televisión, ordenador, tablet, móvil por supuesto, a través del cual mi numerosísima familia y mis muchos y buenos amigos no me dejan sola ni yo a ellos. Tantas cosas que hacer, que tengo el temor de no poder terminar algunas de ellas aunque el gobierne alargue y alargue periódicamente el confinamiento dos semanas más. Me gusta estar en casa y me gusta estar sola así que no me puedo quejar, pero cada día que pasa mi indignación, mi rabia y mi impotencia van creciendo gradualmente.
El pueblo español está dando un ejemplo de civismo, de paciencia, de convivencia e imaginación para ser recordado en tiempos venideros pero… y aquí viene la raíz de todos nuestros males y el germen de nuestro miedo al futuro. Nuestro gobierno. Ahí radica el por qué de todos nuestros males. Casi todos los países del mundo están sufriendo la pandemia pero creo que estamos a la cabeza en la mala gestión de la misma.
Claro. Nos ha pillado en manos de un gobierno cuyo presidente con tal de estar en la Moncloa, ¡qué vaya perra que ha cogido con eso!, se ha vendido a lo peor que existe en nuestro país: los separatistas y los chavistas recalcitrantes de Podemos. Y estos, sobre todo estos, han empezado a pasar sus facturas. Y Pedro Sánchez, arrogante y chulesco, no tiene más remedio que pagar, y lo digo así de finamente porque lo que me apetece de verdad es decirlo con la expresión que está en boca de todos los españoles y que todos entienden. Es cuestión de postura corporal.
Más muertos que ningún otro país por número de habitantes, más sanitarios infectados por falta de medios o equipamiento defectuoso, tardanza en tomar decisiones, autorización de aquellas manifestaciones, obligado por Pablo Iglesias e Irene Montero. Cuando firmó con él pensamos que era un socio, mal recibido por la mayoría de españoles, pero no que iba a ser el presidente “de facto”.
Y además la postura indiferente y continua de no mostrar pesar ni respeto por los fallecidos y sus familiares en las tristísimas circunstancias que están viviendo. ¿Qué menos que una corbata negra? ¿Qué menos que un lazo en la solapa? Anda que no nos hemos puesto lacitos de todos los colores y ahora por nuestros muertos, por sus familiares, por nuestros héroes, víctimas vuestras, nada de nada.
Y no nos olvidemos de los Reales decretos que salen de esos consejos de ministros donde nos cuelan lo que quieren y siempre a favor de nuestro segundo vicepresidente Pablo Iglesias. Eso se lo dejo a los técnicos en la materia que tienen la responsabilidad de atajarlos y demostrar si hay alguna ilegalidad en su publicación.
Ya está bien de salir a aplaudir a los balcones para que la TV estatal saque eso nada más y digan lo contentos que estamos y lo graciosos que somos los españoles. Me dicen que no es el momento de protestar, que ya llegará, que hay que hacerlo bien, con la Ley en la mano, que en frío. En frío ¿Cuándo? ¿Cuando la mayoría de los autónomos hayan tenido que cerrar sus negocios? ¿Cuando las familias tengan que ser alimentadas por Cáritas u otras instituciones de la Iglesia porque ya no les queda ni un euro en el banco? Porque esta es la hora que de ese 60% o 70% de su sueldo que les iba a llegar a los acogidos a los ERTE no les ha llegado nada. ¿Qué van a hacer, coserles las bocas a sus hijos hasta el 10 de Mayo que parece ser que van a llegar los primeros pagos?
Sólo pido a las personas que me dicen que tenga calma, a los que están preparados para llevar a los tribunales a estos desalmados que en el primer momento, en el primer minuto de nuestra libertad pongámonos todos en marcha para echar a este gobierno inepto y criminal y todos juntos a trabajar para volver a levantar a España.
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