José María López-Cepero

"Corazón"

Carta a Zambia

MI lejano amigo: Hace meses que no te escribo y eso está mal porque sé que te gustan mis comentarios sobre las cosas que ocurren en Jerez. Recibí tu carta y agradezco tu interés por mi salud. He supuesto que mi silencio epistolar te habría hecho pensar que me hubiera marchado ya al encuentro con San Pedro, el portero celestial, esa cita a la que ambos confiamos llegar un día pero sin prisas. En Enero tuve una peripecia afortunada. Mi corazón estaba algo pachucho y me fui al hospital. En cardiología me aconsejaron un marcapasos y firmé y me lo implantaron. Es un gran invento, me encuentro bien y ya he pasado dos revisiones y tengo un carnet y un librito de instrucciones y doy gracias a Dios de mi encuentro en el Hospital de Jerez con tan buenos profesionales.

En esos días recordé que allá por los años cincuenta cuando estuve escribiendo cinco ripios a la semana para el diario "Ayer" bajo la cabecera de "Bienteveo" y la firma de Crispín salió uno titulado "Corazón" y como curiosidad te lo copio. Decía: "Cuando mi corazón se agote un día/ de su tac-tac monótono cansado/ prefiero me lo dejen agotado/ con otro corazón "yo no sería"/ y al no sentirme yo qué me valdría/ - mecánico muñeco reparado-/ el que mi vida hubieran alargado/ a cambio del amor que perdería./ Que dejen a mi viejo camarada/ pararse de mi pecho acá en su nido/ cuando el Señor le ordene la parada./ Con él me he enamorado y he sufrido/ y alegre he caminado la jornada/ conmigo pues el último latido."

Pero la lectura del viejo ripio me ha confirmado que no debe uno releerse al cabo de los años porque lo he encontrado bastante tontorrón. Lo mejor es dejar que el tiempo, tan sabio, se ocupe de ir borrando cuantas faenas hayamos perpetrado con la pluma.

A ti te seguiré escribiendo pero seré breve y evitaré contarte cosas de España para no apesadumbrarte. Y no es que todo esté mal pero no sé explicarme. Y mira que leo prensa y revistas y veo la tele y escucho la radio mas como salen tantos políticos me desanimo y caigo en ese pesimismo al que llega cualquier optimista bien informado. Pese a todo te escribiré. Un abrazo.

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