Entre el ritmo del disparate que ha caracterizado el "proces" aparece la Comisión Europea, nada sospechosa de desviación "progre", para zarandearnos con su informe "España 2017" y avisarnos que nuestro gran problema es "la desigualdad entre el 20% más rico y el 20% más pobre" que se ha incrementado en los últimos años y es de los más altos de la UE, o que el 13.1% de las personas trabajadoras están en riesgo de pobreza. ¿Hay mayor abuso que tener que ir a trabajar en precario, sin derechos, y sin la garantía del alimento, un techo digno o calentarse en invierno?

Hace solo una semana nos volvimos a recordar que la mitad de la población sufre violencia por el hecho de ser mujeres. Convivimos con esta vergüenza y debería preocuparnos que este año sean ya 45 las mujeres asesinadas, y 7 los niños y niñas asesinados. Pero, lo realmente preocupante, es que, frente a esta apabullante realidad, el 27% de nuestros jóvenes piensa que la violencia de género es "normal" en una relación de pareja y el 21% cree que es un problema exagerado por los políticos.

De tanto mirar para otro lado creamos el caldo de cultivo para que surjan energúmenos que, haciendo apología del abuso del poder masculino y "nacional", no dudan en machacar a una mujer, otra vez mujer, sin techo, otra vez pobre, esta vez de 84 años. Otros, que, según sus abogados, son "buenos hijos", no dudaron de abusar, violar y humillar a una joven, otra vez mujer, sin que desentone que sea la víctima la que deba justificar su "vida". "Vivir" si se es mujer o pobre, peor si ambas cosas, provoca la irresistible ira del poder de la "manada". Lo venimos repitiendo: el que ocupen nuestras pantallas los mensajes de boicots al cava no impide que nos sigan consumiendo en segundo plano los problemas reales que algunos quieren tapar con banderas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios