Desde el fénix

José Ramón Del Río

Cuerpo de mujer

El Ministerio de Sanidad ha decidido por su cuenta, que las mujeres españolas sólo tengan tres tipos distintos. Para ello y con el pretexto de evitar jóvenes anoréxicas, que quieran parecerse a algunas modelos esqueléticas, y también para que la industria del vestido no se limite a ofrecer tallas pequeñas, creando así complejos de gordura a las que no encuentran la prenda que les conviene, reglamenta, no sobre el principio de que los fabricantes ofrezcan variedad de tamaños, para poder atender a la mayoría, sino "tallando", como se hacía en la mili con los reclutas, en tres categorías, a todas las españolas. Así, inspirándose en el catálogo antiguo, tenido hoy por machista, de que las medidas perfectas del cuerpo de mujer son los perímetros de 90 cm para el contorno del busto, 60 cm para el de la cintura y otra vez 90 cm para las caderas, y fijándose en esos tres perímetros, catalogan a las mujeres en de tipo "cilindro", "diábolo" y "campana", según resulte en esquema, su figura, habida cuenta las medidas de su busto, cintura y caderas. Lo primero que se piensa es que no todos los tipos de mujeres pueden encuadrase en una de estas categorías, y sin necesidad de describir todos los que faltan, únicamente pongo el ejemplo, frecuente, de las que tienen abundante busto, pero cintura y caderas estrechas, a las que no les servirán vestidos confeccionados para las de tipo "campana", también llamado "pera".

Como bien señalaba hace días en estas mismas páginas José Aguilar, contra lo que sería de suponer, este tallaje de la mujer española no ha suscitado la menor protesta ni crítica de progresistas, ni de feministas. A lo mejor este silencio se ha debido a que era preferible censurar, con profusión, el comentario de Miguel Arias, cuando ponderaba la eficacia y profesionalidad -indiscutibles- del camarero español.

¿Y los hombres, qué? ¿No nos van a clasificar, para facilitarnos la búsqueda de las prendas de vestir que se acomoden a nuestra figura? ¿Hay algún lector al que no le estén largas las mangas de las camisas, de su medida de cuello, o largos los pantalones, que necesitan su barriga? Ya saben que el recluta, al que le sentó admirablemente bien el traje de soldado, lloraba, inconsolable, a su sargento, preguntándole: ¿Tan anormal, soy? No comprendo porqué, en este caso, el Ministerio de Sanidad, nos discrimina a los varones. La única explicación que se me ocurre es que, como las elecciones están muy cerca, y el Gobierno sólo quiere darnos "gloria bendita", no haya querido fijar los tipos masculinos, que por similitud con los de la mujer, serían los de "cilindro", "barril" y "campana invertida", de los anchos de espalda y estrechos de culo.

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