Antonio Gómez Moreno

Dar un verdadero sentido a la vida

La vida que tenemos es un regalo que Dios nos ha dado de forma totalmente gratuita. Nadie puede darse la vida a sí mismo. Todos existimos gracias a Dios y a nuestros padres.

Nuestro trabajo, como criaturas de ese Dios, consiste en darle a la vida un sentido que sea coherente y esté en sintonía con el Creador, ya que hemos sido creados “a su imagen y semejanza”. (Génesis 1,27).

La mejor definición que tenemos de ese Dios creador nos la dio Jesús al enseñarnos a dirigirnos a Él como padre (nuestro). San Juan nos dirá que ese Dios-Padre es “Amor”: Dios es amor. (1 Juan 4:8). Por lo tanto nuestra vida tendrá sentido cuanto más nos acerquemos e imitemos a ese Dios Amor.

Pero para no dejar las cosas en las nubes, el mismo San Juan nos dirá lo siguiente: si alguno dice ‘Yo amo a Dios’, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. (1 Juan 4,20).

Todo ser humano que quiera vivir una vida en plenitud, tiene la obligación de preguntarse: ¿Tiene verdadero sentido mi vida? ¿Cómo he consumido mi vida? ¿Qué voy o puedo hacer con la parte de vida que nos queda por delante? ¿Cómo dar verdadero sentido a mi vida?...

Quien desee dar un sentido a su vida que le acerque a Dios, será bueno que se plantee las siguientes metas:Vivir con Espíritu de Servicio. Se dice que “el que no vive para servir no sirve para vivir”. Hay una regla de oro que dice: Lo que a ti te gustaría que te hicieran házselo a los demás. Jesús de Nazaret nos dejó claro cómo vivir este espíritu de servicio: “Quien quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos”. (Marcos 9, 30-37). Una actitud que está en las antípodas de los criterios que imperan en la sociedad.

Buscar siempre el Bien Común. Saber priorizar los intereses del Bien Común y los intereses personales no siempre es fácil pero también ocurre que el que busca el bien común sale también él beneficiado.La búsqueda del Bien Común Universal es hoy más necesaria que nunca. De no hacerlo así, correremos el riesgo que ya en los años sesenta Naciones Unidas pronosticaba: una seria y grave ruptura antropológica.Hay culturas para las que esta idea del bien común lo presentan como un imperativo existencial: por ejemplo, el cuidado de la conservación de la naturaleza en la cultura Inca del Buen Vivir, la prioridad los éxitos y logros del grupo frente a los individualmente en las culturas africanas.

Transformar la sociedad positivamente. Soñar con dejar este mundo, al menos un poco mejor. El fundador del Escultismo, Baden-Powel, lo expresa con el lema: “Dejar el mundo mejor de cómo lo encontramos”. Un lema que sirve para todos los seres humanos. Pero ¿Qué estoy haciendo para dejar el mundo mejor de cómo era cuando nací? ¿Cómo puedo hacer felices, al menos, a los que me rodean? Sería muy triste dejar este mundo habiendo tenido una vida estéril, sin frutos, sin haber dejado una “huella” positiva en nuestro paso por la tierra. Si te consideras un seguidor de Jesús podría servirte lo que él dejó dicho: “Os he elegido para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure” (San Juan 15, 1217).

En resumen, puede conseguirse el verdadero sentido de la vida si se vive estas recomendaciones: Ten Espíritu de Servicio. Busca siempre el Bien Común. Lucha por Transformar la Sociedad de forma positiva.

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