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Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

De Pau a Luis Enrique

De la retirada de un grande al protagonismo del míster

Vaya por delante que este artículo de opinión está escrito antes de que se dispute el España vs Francia, esto quiere decir que, tanto si España brilla como si se estrella ante el conjunto galo, mi opinión la seguiré manteniendo.

La repercusión mundial de la retirada de Pau Gasol como jugador de baloncesto, las pruebas de admiración, de respeto, de cariño, mostradas, no ya solo por la afición, sino por clubes, entrenadores y jugadores de la élite mundial, evidencian el enorme carisma del mayor de los Gasol. Una trayectoria profesional de primerísimo nivel, acompañada de un camino humano lleno de valores. Los que crecimos con Corbalán, Epi, Itu y, ante todo, con Fernando Martín, jamás hubiésemos esperado que un jugador español llegase a formar parte del olimpo de los dioses del basket.

Muy pronto nos frotaremos los ojos para comprobar que su dorsal está retirado en Los Ángeles Lakers, junto a Wilt Chamberlain, Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Shaquille O’Neal, Jerry West o su 'hermano' Kobe Bryant, entre otras estrellas. Pau Gasol ha sido, es y será uno de nuestros mejores deportistas de todos los tiempos, pero además un ejemplo o modelo por su forma de ser.

Frente a Pau, también ha sido protagonista esta recién finalizada semana, Luis Enrique. Alguien con un carácter diametralmente opuesto al de Pau Gasol. Siempre caliente, mal encarado, pasional hasta el extremo. Si yo fuera su asesor de imagen seguramente tendríamos que hablar y discutir bastante para refinar un poco sus modales. Pero después de sopesarlo mucho, intentaría que puliera algunas cosas pero no muchas. Luis Enrique, a su manera, es un profesional muy puro y comprometido con su gente y con su estilo.

El actual seleccionador era así cuando jugó con la selección olímpica que ganó el oro en Barcelona. Tenía ese carácter agresivo cuando jugó en el Real Madrid, lo tuvo en el FC Barcelona y también como jugador en la selección española donde sangró y lloró de rabia con el codazo de Tassotti. Era todo corazón, pasión, era por así decirlo nuestro Stoichkov. Amado por el barcelonismo, odiado por el resto.

El gran problema de Luis Enrique es que cae mal al madridismo forofo y al español rancio, porque incluso siendo y presumiendo de asturiano, Luis Enrique ha hablado muy bien del catalanismo. Si a todo eso le unes que hace más de veinte años se encaraba como muchos periodistas de los que mueven los hilos de la comunicación nacional es más evidente aún que Luis Enrique tiene una fila muy larga de verdugos para ajusticiarlo a las primeras de cambio.

A estas altura de su vida, a ver quién es el guapo o guapa que le va cambiar radicalmente. Nadie. Seguirá siendo mal hablado, seguirá encarándose en las ruedas de prensa, dirá lo que considere oportuno, aunque esto sea políticamente incorrecto. Si hubiera un poco de respeto, de frialdad en el análisis, alejado de todo forofismo inútil, madriditis inculta y españolismo rancio, nadie podría negar que Luis Enrique es uno de los entrenadores españoles más preparados y comprometidos de nuestro fútbol hoy en día, pero también una persona con muchos valores positivos ... ¡Que sí, que cae mal!

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