Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Debajo de los adoquines

Hacía tiempo que un 'culebrón' no daba tanto juego en Jerez y si no fuera porque hay muchas personas perjudicadas por esta historia por capítulos, hasta se podría decir que sirve para distraer al personal en estos tiempos difíciles de pandemia. Lo de los adoquines y las obras en el llamado eje Corredera-Esteve nos retrotrae a los tiempos más beligerantes entre Pedro Pacheco y el PSOE, momentos en los que casi todo lo que ponía en marcha el Ayuntamiento acababa en los cajones de la maraña burocrática de la Junta, con oscuros intereses políticos para que Jerez no prosperase, en palabras del mencionado alcalde. Son cosas que nunca pasan (y si pasan no las denuncian quienes gobiernan) cuando en los sillones locales y autonómicos se sientan compañeros/as del mismo partido. ¿Acaso alguien recuerda a un alcalde criticar a la Junta o al Gobierno si son del mismo color? Contadísimas excepciones hay.

Y ya lo advertíamos cuando cambiaron las siglas que gobiernan desde el Palacio de San Telmo: esta iba a ser la legislatura, o el mandato, de la confrontación. El pulso Junta-Ayuntamiento, que tanto daño ha hecho y hace a Jerez, va en aumento, como si se tratase de doblar la apuesta en una partida de póker. ¿Que no me dejas tocar los adoquines y me paras una obra? Pues asfalto la calle. ¿Que asfaltas la calle? Te mando a la Policía Autonómica. ¿Qué será lo próximo?

La capa de alquiltrán que "provisionalmente" y "por el riesgo de inundaciones" ha colocado el Ayuntamiento en ese eje probablemente venga a paliar -ojalá- las pérdidas que estas obras están causando desde hace meses pero no puede tapar el gran problema que tienen ni el centro de Jerez ni quienes nos gobiernan a uno y otro lado de la autopista. Una ciudad no puede vivir a base de poner parches a todo y mucho menos sin poder avanzar.

En lo que sí hemos avanzado esta semana es en el cruce de acusaciones y, sin llegar aún a las teorías conspiratorias, desde el gobierno municipal socialista se acusa ya abiertamente a la Junta (más bien a la parte de la Junta que gobierna el PP) de estar frenando las inversiones privadas en Jerez, hasta el punto de que ya se prepara una demanda por supuesta invasión de competencias en el trato que ha dispensado la administración autonómica a un particular. Peligrosa escalada. No podemos llegar a ese extremo en el que los inversores no quieran aterrizar en la ciudad por miedo a que sus proyectos no prosperen en medio del lodazal de la lucha institucional. Por fortuna, aún no se ha llegado a ese punto pero estamos en un peligroso camino hacia él, en el que no ayudan posturas de fuerza, cuestiones partidistas y actuacones pensando en los votos. Urge un acuerdo institucional y político por Jerez en el que, desde la generosidad y el consenso, se entierren de una vez los principales errores que no se dejan de repetir.

Porque debajo del alquitrán hay adoquines y debajo de éstos se esconde esa fuerza oscura que desde hace tiempo no permite que avance esta ciudad.

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