Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Demasiada injusticia con la selección

ME lo temía y así lo hice ver en mi opinión de vísperas. Era que le tenía miedo al día de la derrota y mis previsiones se han quedado cortas. En un tiempo en que tanta relevancia está cobrando lo de la memoria histórica hemos de convenir en que, decididamente, el fútbol no tiene memoria y así comprobamos con tristeza cómo los componentes de la selección española de fútbol han sido vapuleados tras el vapuleo canarinho.

En un alarde de ventajismo, para muchos España ya es un paquete porque así se comportó antier noche en Maracaná. Como es habitual en las redes sociales, éstas se convirtieron en una inmensa barra de bar en la que siempre lo más fácil es culpar al entrenador. Culparle por no haber puesto a Fulano en vez de a Mengano para que volviera a surgir un demonio familiar que creíamos olvidado y es el de masacrar al futbolista que fue convocado en detrimento del ídolo local.

Pero la saña mayor es la que ha concitado Vicente del Bosque, al que hasta quieren ridiculizar llamándole abuelo. De marqués a abuelete y tiro porque me toca, que ya no tienen vigencia conquistas tan vigentes como Mundial y Eurocopa. Todo, a hacer puñetas, los nuestros ya hasta necesitan un cambio generacional y se apela de inmediato a valores como Isco, Thiago, Jesé, Morata y demás chavales que aún habrán de esperar a que les llegue su momento de gloria.

Para mí que no se le ha dado importancia alguna a la merma física y pienso que ahí estuvo la clave de la superioridad brasileña. Brasil, además, esperaba a favor de querencia con el colmillo afilado y las reservas energéticas en perfecto estado. Luego, ese gol en el primer minuto, ese no gol de Pedro que salvó David Luiz y esos goles locales a caballo del descanso. Demasiadas cuerdas para nuestro violín y preferiría pensar que esta debacle va a servirnos de cara al próximo verano.

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