Y es que culés y xerecistas han llevado vidas paralelas esta temporada: abanderados del jogo bonito y del tiqui-taca, han liderado sus respectivas divisiones con brillantez, han pasado por momentos de apuros -los culés con la baja de Iniesta y los azulinos con la de Viqueira- pero han sabido dar el golpe encima de la mesa en el momento adecuado.

La impecable trayectoria del Deportivo a domicilio ha reportado esos ocho puntos de ventaja que permiten asegurar el ascenso sólo con los partidos de Chapín. No será posible en Feria, como dijo la alcaldesa -no le va bien emulando al adivino Tachuela- porque matemáticamente es imposible pero ya es fruta madura que va a caer por su propio peso salvo debacle histórica.

Porque lo del Xerez esta temporada está siendo histórico: ha caído el récord de puntos de Lucas Alcaraz -llegar al 69 ha excitado a todos los xerecistas- y faltan dos goles para batir el de tantos a favor. En el fin de semana del Gran Premio, el Deportivo va como una moto y ya falta poco para cruzar bajo la bandera a cuadros, aunque todavía quedan un par de vueltas y hay que mantener la ventaja con respecto al cuarto para que no se escape el podio. Porque el Xerez no es agonía y se conformaría con cualquiera de los tres primeros puestos, aunque visto cómo va la carrera, se puede aspirar al título. Sería una histórica forma de hacer historia. Hasta entonces, a seguir disfrutando con este equipo que está escribiendo el mejor capítulo de la biografía xerecista, un episodio con letras de oro en la cronología azulina.

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