Crónica Personal

Desconcierto y caos

Estos días de un confinamiento parcial han sido tensos y difíciles, pero sobre todo tristes

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha tumbado las medidas que el Gobierno había aprobado para varias ciudades españolas, entre ellas Madrid. La pelea entre Moncloa y Sol vive un nuevo capítulo en el que, como siempre, son los madrileños los que sufren las consecuencias de las estrategias políticas llevadas a su extremo. Sánchez no descarta el estado de alarma y Ayuso pide nuevo diálogo entre las dos administraciones para evitar el caos.

El caos. Lo conocen bien los madrileños. Estos días de semiconfinamiento han sido tensos, difíciles, pero sobre todo tristes. Con libertad de movimientos dentro del área municipal pero esquivando la tentación de acudir a alguna terraza, porque era fácil advertir que no se respetaban las normas de obligado cumplimiento. Sin embargo, esa ojeada de prudencia no soslayaba lo que significaba el cierre temporal y gradual de terrazas, restaurantes y bares: la mayoría de ellos no sobrevivirán a una normativa que los condena a muerte a medio o largo plazo. Los madrileños han pasado estos días pidiendo justificantes para realizar trámites administrativos que ya estaban en agenda, justificantes de trabajo en sus empresas, en las universidades y colegios, en hospitales y consultas médicas.

El confinamiento ha sido desesperante en todos los aspectos. Llamabas a un familiar que va a ser operado y le preguntas si podía estar acompañado durante sus días en el hospital y responde que el médico le había dicho que no, aunque no estuviera en una planta de corona virus. Una enfermera del propio centro le explicó en cambio que podía estar acompañado, pero con una sola persona en la habitación, que hicieran turnos. Reflexión: para la enfermera, aparte de que no veía riesgos porque se han tomado estrictas medidas de seguridad, todas las manos eran pocas para ayudar al enfermo en sus cuidados cotidianos, no los sanitarios. El hospital de enfrente estaba empapelado de carteles en lo que solo los menores y dependientes podían estar acompañados. Perplejidad, incertidumbre, caos.

El presidente de los médicos madrileños declaró que las restricciones eran "absurdas". El TSJM, que cercenaba derechos.

En la pandemia española manda la política por encima de cualquier otra circunstancia.

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