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Rosario García Palacios

Presidenta provincial de Cruz Roja Española

Día Mundial del Voluntariado

Se conmemora este 5 de diciembre el Día Mundial del Voluntariado. Para Cruz Roja Española, que tenemos el Carácter Voluntario entre nuestros siete Principios Fundamentales, es este un Día Mundial importante, y no uno más de los muchos que celebramos a lo largo del año. Este día mostramos con orgullo nuestra manera de ser y de vivir, siempre tan callada y anónima; y es también una oportunidad de reconocer la solidaridad, la entrega y la generosidad de las personas que dan su tiempo y esfuerzo por las personas más vulnerables. Al ser en diciembre, parece también una fecha propicia para mirar atrás y hacer balance del año que se acaba.

Y sin duda, este año de la pandemia, de los miedos, de la crisis sanitaria, económica y social, el año de la incertidumbre y en el que nos hemos sentido más solas, comprendiendo quizá mejor a las personas mayores… 2020 ha sido también el año en el que el Voluntariado (uso la mayúscula con intención) ha dado la talla. Cuando más hacía falta, ha respondido.

Me siento muy orgullosa de las más de 3.000 personas voluntarias que formamos Cruz Roja Española en la provincia de Cádiz (hablo de nosotras, porque como Presidenta también soy voluntaria). De todas ellas, son muchísimas las nuevas incorporaciones de personas que se han sumado a ayudar, lo que demuestra que el corazón vivo del voluntariado late con más fuerza en los momentos difíciles, con sangre nueva.

Los voluntarios y voluntarias han estado en primera línea como un servicio básico más en los meses más críticos del confinamiento: han clasificado alimentos, han acogido las demandas de miles de personas, han entregado tarjetas monedero para familias al borde del precipicio económico y han llevado esos alimentos, ayudas escolares y hasta medicinas a las casas de quienes no podían salir a la calle, como los mayores. La soledad de estas personas se ha convertido en otra cara de la pandemia a la que hemos dado respuesta desde la distancia necesaria, pero con la cercanía de nuestras voces en miles de llamadas telefónicas. En Cruz Roja Española hemos sido testigos de miles de historias de personas que han visto sus vidas desmoronarse, que necesitaban lo más básico porque habían pedido todos sus ingresos. El aumento de demandas de ayudas urgentes ha sido comparable a la anterior crisis económica, pero en menos tiempo.

No podemos olvidar que los propios voluntarios y voluntarias han sufrido las consecuencias de la crisis en sus propios hogares. Incluso con pérdidas de seres queridos. Hemos pasado miedo y hemos tenido dudas. Porque en estos tiempos, ayudar a los demás supone mucho más que solidaridad: también ha sido un ejemplo de valor y de coraje.

Los voluntarios y voluntarias hemos tenido que reinventarnos. Hemos tenido que reaprender lo que ya sabíamos hacer para garantizar la salud de las personas a las que atendíamos. Pero también para proteger nuestra propia la salud. Para Cruz Roja Española, la seguridad del voluntariado ha sido desde el principio una prioridad, aunque significara limitar el número de manos que ayudaban y duplicar los esfuerzos para cualquier actividad.

Al mirar atrás da escalofríos pensar en lo que hemos pasado, pero también siento una grandísima alegría al saber que el voluntariado ha estado a la altura de las circunstancias. El año está a la vuelta de la esquina cargado de incertidumbres, pero también de esperanzas como la vacuna. Estará también lleno de retos para Cruz Roja Española y el voluntariado, como la recuperación de esta enorme crisis económica y social. Pero estoy convencida de que sabrá afrontarlos. Desde esta tribuna, quiero agradecer a todas las personas voluntarias su pasión por lo que hacen y su enorme generosidad, a prueba de pandemias.

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