HOY día 3 de Diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con disCAPACIDAD. Durante las últimas semanas hemos celebrado un intenso ciclo de actos para dar a esta efemérides el autentico valor que merece. No obstante, quiero hoy reflexionar con ustedes sobre la importancia del lenguaje como instrumento de integración. A lo largo de los siglos, la sociedad ha ido utilizando conceptos diversos para referirse a las personas que de una otra manera se salían de los que comúnmente hemos llamado "normalidad". Sea por sus capacidades físicas, psíquicas, intelectuales o sensoriales, lo cierto y verdad es que el uso que siempre hemos hecho de ello, ha sido en tono peyorativo, siendo más grave aún el propio desprecio que esconden los propios conceptos. Términos como deficiente, subnormal, disminuido, minusválido se han empleado de forma cotidiana sin percibir el daño que han provocado y que por desgracia aún provocan en las personas.

En nuestra ciudad existen más de 11.000 personas con algún tipo de disCAPACIDAD. Cotidianamente se enfrentan con barreras de todo tipo que son difíciles de superar (urbanísticas, arquitectónicas, de comunicación, del transporte).

Sin embargo, los obstáculos más difíciles de eliminar son aquellos que no se ven y que se basan en los prejuicios y actitudes que a menudo posee parte de la ciudadanía en general sobre las posibilidades, valores y capacidades de estas personas.

Afortunadamente en nuestra ciudad, tenemos ejemplos de personas que han superado sus limitaciones llegando lejos en mundos tan diversos como el laboral, el del deporte, el asociacionismo, la culturaý este año hemos puesto en marcha una campaña de sensibilización desde la Dirección General de Bienestar Social y del Mayor llamada CAPACES. Sus protagonistas son cinco personas cuyo testimonio es un reto para toda la ciudadanía y un incentivo para lograr conseguir una ciudad más amable y accesible para todas las personas.

Hoy quiero apostar por un desafío al lenguaje. Hablemos de personas con diferentes capacidadesýAl fin y al cabo yo tampoco, como otros muchos, somos capaces de andar por una ciudad montado en silla de ruedas, de vivir el mundo desde el silencio o con una venda que me impida la visión. Y sin embargo ellos lo hacen día a día. Es entonces cuando me asaltan las dudas de quién es capaz y de quién no, cuáles de las capacidades tiene más valor, quién se supera día a día a pesar de las dificultades, no solo cotidianas, común a todos los seres humanos, sino que además tienen que hacer un esfuerzo mayor por la situación que les ha tocado vivir. En estos días, hemos tenido la oportunidad de acercarnos un poco más a su realidad, comprobando lo que ya sabíamos, ofreciéndoles más si cabe, nuestro afecto y cariño hacia ellos y sus familias.

Hablar de la CAPACIDAD es bucear en la conciencia y comprobar que ellas y ellos tienen, porque así lo demuestran día a día, una gran capacidad de esfuerzo, de tesón, en definitiva de capacidad de entregaý

No podía terminar estas líneas sin agradecer a los técnicos/as de la Dirección General de Bienestar Social y del Mayor, y a todos los miembros de las entidades sociales de la Comisión de Discapacidad el esfuerzo que han realizado para la celebración de este ciclo.

Quiero por ultimo expresar mi gratitud a todas las personas con discapacidad y a sus familias cuidadoras por el esfuerzo que hacen. Sois un testimonio de superación y un ejemplo para los demás. Gracias por vuestra labor y Feliz Día Mundial de las personas con discapacidad.