Cambio de sentido

Ecologismo de plastiquete

El ecologismo 'mainstream' se reduce al pequeño gesto, cuando no a la simple gesticulación

Cuando el sistema de producción -y el social que lo apuntala- saca partido de los mensajes y actitudes que lo cuestionan, podemos dar por perdido cualquier movimiento desestabilizador del percal, de cualquier percal al que le haga falta un meneo. El modelo económico actual no lucha contra aquello que lo rebate, directamente lo compra para después venderlo, y ya. Así lo desactiva y, además, le saca un beneficio. Punk is dead desde que los modistos pegaron en un vestido la primera tachuela. El feminismo se queda en bragas si vestimos camisetas made in Taiwan en las que pone "soy una mujer empoderada", o si las revistas para féminas se dedican a intercalar proclamillas pseudofeministas con consejos para luchar por un cuerpo 10 (o bien sufrir por no tenerlo). Pues peor incluso es esta desgracia de que el ecologismo se esté reduciendo a hashtag, a marca registrada. Se van a hinchar de vendernos mensajes y cacharros sostenibles. Vendrán envueltos en un plástico.

Por supuesto que el ecologismo es más que necesario desde el inicio de la sociedad industrial; por supuesto que nos hace falta más que el comer no sólo una profunda concienciación, además de -y derivada de ella- grandes cambios en nuestra forma de vida. Pero me pregunto si no nos están invitando simplemente a quedarnos en el pequeño gesto, cuando no en la gesticulación. El capitalismo sostenible es, por definición, un oxímoron. Podrá acaso ser menos insostenible. A partir de ahí, la hipocresía se nos ha disparado en todas direcciones: de qué sirve que nos cobren las bolsas si siguen siendo de plástico, y los productos que en ellas llevamos están envasados en más plástico; de dónde salen tantos electrodomésticos con botón eco, cuando lo eco quizá sea no tenerlos. Hay quienes hablan de no montar tanto en avión (conforme, más tren y menos Ryanair y coches) mientras compran aguacates llegados del Perú. Coldplay ha suspendido su gira para no contaminar. ¡Gol! A cambio logran la promoción de salir en todos los informativos. Inquieta que la cara del ecologismo visible -su radicalidad sustituye a otra radicalidad mucho más honda y necesaria- sea una niña mesiánica a la que los grandes poderes del mundo invitan a sus cumbres para que vaya en barco a regañarles. Así que… no lo dude. Consiga ahora su conciencia ecológica de plastiquete, de eficaz efecto placebo, adormidera y desmovilizadora. De venta en internet o en su tienda habitual. Oferta válida hasta agotar la Existencia.

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