LOS Presupuestos Generales del Estado, un año más, han dado la espalda a Jerez, toda vez que las inversiones del Gobierno central se han desplomado de unos años a esta parte, sobre todo por la falta de una idea clara de ciudad y de los proyectos de futuro que deben moldearla. Quienes no se quieran enfrentar a la realidad achacarán las escasas partidas a la crisis, pero no ocurre lo mismo con las inversiones de la provincia, que han crecido un 18% respecto a 2013 colocándose como la quinta en España en los Presupuestos. Frente a otras localidades vecinas que sí recibirán importantes partidas, Jerez, perdida en mil batallas siempre y huérfana de ideas desde hace años, parece conformarse únicamente con el trato preferencial alcanzado con el Ministerio de Hacienda para hacer frente a la situación financiera del Ayuntamiento, renunciando a mayores inversiones. De hecho, los Presupuestos sólo primarán las obras ya comprometidas de la Alta Velocidad —que no es poco, aunque es un proyecto de provincia— y unas partidas indeterminada para construir la nueva comisaría y el mantenimiento del aeropuerto. La Ciudad del Flamenco será la gran sacrificada y parece que se ha enterrado hasta mejor vida, y la antigua Nacional IV —una de las reivindicaciones históricas de la comarca venida a menos con la crisis— aparece otra vez con una partida simbólica que en modo alguno servirá para impulsar el desdoble hasta Sevilla. Que las partidas presupuestarias generosas son contadas es un hecho incontestable, pero resulta aún más preocupante la velocidad a la que Jerez pierde peso específico en la provincia, principalmente por la falta del consenso necesario alrededor de un proyecto que ponga los pilares del futuro. El Campo de Gibraltar sabe que el suyo pasa por el ferrocarril y recibirá del Gobierno al fin 50 millones para impulsar la Algeciras-Bobadilla y un total de 180 para la comarca, de los que 60 serán para el Puerto de Algeciras. También Cádiz, con el segundo puente y  la modernización de su puerto, sigue mirando al horizonte con optimismo. Al lado de ambas, Jerez parece empequeñecerse al haber cedido parte del empuje que le caracterizaba antaño, entre otras razones, porque aún le falta a sus instituciones, empezando por el Ayuntamiento, el liderazgo preciso para apostar por un modelo de ciudad y defenderlo ante Madrid con uñas y dientes. Lo anecdótico es que, pese a ser los más austeros que se recuerdan, el PP no sólo se da por satisfecho con la inversión estatal, sino que asegura que el Gobierno central “cumple con la ciudad” en los Presupuestos. Si ya de por sí las cifras invitan al pesimismo, caer en el conformismo y la falta de ideas es aún peor.