La ciudad y los días
Carlos Colón
Tesoro de la Iglesia, patrimonio universal
Punto de vista
Se supone que los que escribimos en las páginas de opinión, debemos referirnos a los sucesos de actualidad. Pero tenemos el privilegio de escoger, porque nunca es solo uno. La actualidad de hoy es el ultimátum que le ha dado Torra al presidente del Gobierno, concediéndole un mes para que plantee un referéndum de independencia para Cataluña si quiere conservar su apoyo parlamentario, lo que confirma que dicho apoyo no fue gratis. Sánchez insiste en apurar el diálogo y desoye a Felipe González, que le advierte de que éste no sirve cuando se pide lo imposible. Yo prefiero comentar el ejemplo que hemos recibido del equipo europeo de golf, ganándole una vez más al equipo de EEUU, teóricamente muy superior por número de jugadores y por la calidad de los mismos.
Este año se ha recuperado el trofeo que se disputa bianualmente y se ha producido una vez más el milagro, que va dejando de serlo por su repetición, de David venciendo a Goliat. Y lo consiguen con un único ingrediente, que es la fe en la victoria y el empeño en conseguirla. Demuestran estos golfistas la eficacia de la unidad en la única ocasión en la que la todopoderosa UE actúa en forma de equipo, bajo una sola bandera.
El papel de los españoles siempre ha sido muy importante en esta competición. Severiano Ballesteros contagiaba sus ansias de victoria al público asistente, que en el golf, por exigencias de la práctica de este deporte, suele ser silencioso y comedido, pero que, en la ocasión, lo motivan para animar. En esta edición de la Ryder, comparecían dos jugadores españoles: uno, Jon Rham, clasificado por sus resultados y, otro, Sergio García, elegido por el capitán en el cupo que se le reserva. El vasco tiene 23 años, el más joven del equipo y tuvo que enfrentarse a Tiger Woods, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, si no el mejor, que acababa de ganar el torneo mejor dotado en EEUU. Su victoria podía ser decisiva para el triunfo, porque los que le habían precedido, supuestamente los mejores y con más experiencia, no habían ganado sus respectivos partidos. Su triunfo quedará registrado en los anales del golf y para los que estamos orgullosos de ser españoles, agradecemos al vasco la españolidad de la que hace gala. Otro español, el castellonense Sergio García, al haber triunfado en su partido, ha sido el jugador que más puntos ha aportado a Europa en la Ryder. Por ello, los que nos alegramos de los éxitos de España, estamos de enhorabuena. Y cuando toque, otra vez en suelo europeo, la Ryder tendría que jugarse en España. Se lo merece.
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