Yendo al grano

víctor / cantero

Emanciparse

EsTE es el gran reto de nuestros jóvenes. De aquí que se haya ya hecho famosa la sentencia 'España no es un país para jóvenes'. Lo cual dicho sin más explicaciones parecería que hablásemos de un fenómeno sociológico sin mayor trascendencia, cuando la verdad es que se trata de un verdadero problema social que afecta al 80% de los jóvenes españoles de menos de 30 años, los cuales no logran salir de la casa de sus padres e instalarse en su propio hogar. Hablamos de un segmento de la población que a lo sumo ha logrado independizarse compartiendo vivienda con una o más personas, y sabiendo que un 85% del total de los emancipados habita espacios no superiores a los 51,2 metros cuadrados. Estos no son datos inventados, sino obtenidos del último informe del Observatorio de la Emancipación, presentado recientemente por el Consejo de la Juventud. Una circunstancia que encuentra sus explicaciones en la mala situación de nuestro mercado laboral, pues en este país casi la mitad las personas menores de 25 años están en paro. Y en situación de desempleo se hace imposible afrontar los gastos de una hipoteca o de un alquiler por muy bajo que este sea. Esta es la cruda realidad en un país en el que los políticos se empeñan en prometer el oro y el moro para acabar con la lacra del paro, pero que de facto hacen bien poco por poner fin a este mal endémico. Y dentro del grupo de los que cuentan con un empleo, el 53% tienen un contrato temporal, que en el 44.9% de los casos dura menos de un año. Con estos mimbres se hace imposible hacerse cargo de los gastos que comporta la adquisición de una vivienda, pues aunque se reconozca que el trabajo y la vivienda son dos factores clave para que el joven inicie su andadura hacia la vida adulta, contar con ambos es tarea nada fácil. Por ello seguir viviendo en la casa de los padres se ofrece como la única alternativa.

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