Me tocó. Sí, señores. Me tocó. Y eso que he intentado escaquearme el máximo tiempo posible. Pero ante la escasez de compañeros en la redacción -por vacaciones- que cargaran con el marrón, y que me perdonen, me ha llegado la hora de dedicarle unos minutillos a este rincón para la opinión. Una pequeña tribuna libre para los redactores que, ahora sí, dejamos la información a un lado, para aportar nuestras ideas, como para desfogarnos. Y en estos momentos siento envidia de nuestros columnistas que, con tanta facilidad e inteligencia, escriben a diario. Pero la envidia que tengo es de la sana, por la sencillez con la que les fluyen las palabras y la agilidad con la que cogen las ideas al vuelo, y son capaces de plasmarlas en el papel, lejos de las pautas que exige escribir información diaria. Me tocó. En fin. Alguna vez tenía que ser la primera. Y hoy, gracias a los columnistas, he conseguido pasar este 'mal' trago con cierta dignidad. Ahora lo mejor es que vuelvan a las páginas de opinión.