EL día de la Hispanidad que hoy se celebra en España no pudo tener mejor preámbulo que la victoria de ayer de Rafa Nadal en Roland Garros. El tenista manacorí venció al número uno del mundo actual, el serbio Djokovic, por un contundente 6/0 , 6/2 y 7/5. Esta victoria en la tierra batida de París se convierte en el decimotercer titulo del abierto de Francia para Nadal y en el vigésimo Grand Slam de su carrera, igualando la marca que poseía el suizo Roger Federer.

Los calificativos y elogios que una vez más se han vertido sobre Nadal, procedente de todos los rincones del mundo, pero especialmente desde España, ponen de manifiesto que estamos ante un deportista y una persona ejemplar se mire por donde se mire. El legado que Nadal dejará a España cuando termine su carrera deportiva será casi insuperable por cualquier otro deportista nacional. Cuando solo nombramos los títulos, el número de victorias o nos fijamos en las estadísticas, somos capaces de entender la grandiosidad de lo conseguido por el español. Solo con números no llegamos a valorar el esfuerzo, la voluntad, el trabajo diario, las horas de entrenamientos, las frustraciones ante derrotas o, peor aún, ante las lesiones, los dolores, los viajes alejado de sus seres queridos, los miedos que ha tenido que superar, la cantidad de cosas, pequeñas o grandes, que ha tenido que sacrificar en pos de su carrera deportiva. Por eso y mucho más es Rafa Nadal un español ejemplar. Toda una vida dedicada a conseguir lo que ha conseguido.

Y si todo lo dicho fuera poco, Rafael Nadal tiene su domicilio fiscal en España, vive en Mallorca cuando las exigencias del calendario se lo permite, ha creado una academia de talla mundial en su tierra y, aunque sea muy difícil de creer, háganme caso si os digo que este español ejemplar, paga sus impuestos en España. ¡Sí, sí! Rafa Nadal tributa en España.

Otros españoles ejemplares son el Rey emérito Juan Carlos I y yerno, porque la pobre de su hija no sabía lo que firmaba; Luis Bárcenas & Cia; Chaves & más Cía; el Honorable ex president Jordi Puyol & Famili e Hijos adoptados Artur Mas, Carles Puigdemont y el pequeño Quim Torra. Podríamos seguir incluyendo a muchos españoles ejemplares, incluso ilustres, de esos que para saludarlos nos partimos por la mitad con intento de cabezazo a tierra o en una versión más cariñosa, besarles algún anillo de oro. Muchos de estos españoles de bien, grandes empresarios incluidos, los pueden encontrar ustedes en la lista de los amnistiados económicamente por el gobierno de M. R. en 2012. Todos y todas, que alguna Micaela hay por ahí, son la creme de la creme de lo que a ejemplaridad y españolidad se puede ver. Lo que pasa es que para el tema de sus dineros, que eso es muy personal, siempre prefirieron un buen banco suizo y, ya saben, a Hacienda, que se supone que somos todos los españoles, ya si eso, que también habrá que presumir de la picaresca patria del Siglo de Oro.

Siempre nos quedará Rafael Nadal.

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