Marko es de esos personajes cercanos que todo el mundo conoce. Los asiduos a los bares de buena cerveza bien lo saben. Es un hombre grande por fuera y por dentro. Por fuera no hay nada más que verlo; presenta una humanidad exuberante, apabullante diría yo. Los Dos Deditos es su feudo, lo lleva siendo desde hace casi veinte años. Tan estrechamente está ligado al bar que es un elemento más del mismo. Los huecos transitables de los Dos Deditos tienen dos centímetros más que las medidas de Marko. Marko es grande; tan grande como buena gente. Llegó de Serbia y se hizo jerezano; un jerezano que habla como nosotros pero sin utilizar los artículos. Marko dice: "He ido a banco". Emplea a su manera muchos de nuestros refranes y de nuestros dichos; una manera entrañable y jocosa, sin reveses. Dice con toda la gracia del mundo: "... menos papeles que conejo en campo" y, además, se atreve con el "pisha" infinitamente mejor que cualquiera de esos jerezanos que lo usan con poca gracia y sin saber muy bien por qué y para qué lo dicen. Marko es tan de nosotros que, ya, ha conseguido la nacionalidad española. Pero Marko no es un españolito más; Marko es un españolazo. Y lo es por grande y por grandeza. Es un jerezano consciente, convincente y ejerciente; con un corazón más grande que él, si eso fuese posible; sabe siempre estar en su sitio; observa, escucha y sólo opina cuando se lo piden. Marko, que es serbio de nacimiento, es, desde hace pocos días, jerezano y español de pleno derecho. Un español como usted y como yo pero que se llama Marko Stamenkovic Stojanovic. Él dice que, eso, con el tiempo, tiene arreglo. Bienvenido, compatriota.

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