La ciudad y los días

Carlos Colón

"Espero que...", "yo bueno... yo no..."

ESPERO que el Consejo imponga tres años de suspensión al juez Tirado", dice la vicepresidenta del Gobierno. Y la declaración resulta tan llamativa que el periódico que publica la entrevista con Fernández de la Vega, que es El País, la utiliza como titular pese a que en el extenso cuestionario al que se la somete hable de la crisis económica, el paro, las relaciones entre Zapatero y Rajoy, los presupuestos, los pactos con los nacionalistas, el nombramiento del presidente del Consejo General del Poder Judicial, la revisión de la ley del aborto, las relaciones entre la Iglesia y el Estado o la posibilidad de abrir una causa por genocidio contra el régimen franquista. Acertó quien decidió titular, no con cuestiones relacionadas con la política internacional o nacional, los problemas económicos o los conflictos sociales, sino con esta sorprendente declaración en la que la vicepresidenta de un Gobierno democrático dice qué condena "espera" que el CGPJ imponga al juez Tirado.

Lo llamativo no es que se ocupe de una cuestión -el caso Mari Luz como trágica punta de iceberg de los fallos y carencias del sistema judicial español- que ha provocado una gran alarma social, sino que se pronuncie sobre lo que "espera" que haga el CGPJ en relación con este drama que escandalizó cuando se supo que el asesino de Mari Luz debía estar en prisión; volvió a escandalizar por la levedad de la sanción impuesta al juez; escandalizó nuevamente por la desproporción entre dicha sanción y la impuesta por el Ministerio de Justicia a la secretaria judicial; vuelve a escandalizar ahora tras las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno y seguirá escandalizando se haga lo que se haga y se dicte la sentencia que se dicte. Porque nada convencerá a los ciudadanos de que esta tragedia es la triste flor de una planta con hondas raíces: la falta de personal y medios que afecta como un mal endémico a los juzgados de España, uno de los países europeos con menor tasa de jueces por cada cien mil habitantes según el informe sobre los sistemas judiciales del Consejo de Europa.

Las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno densifican esa niebla de dependencia de lo político que a veces hace tan imprecisos los contornos de la independencia del poder judicial. Y que afecta por igual a todos los partidos. ¿O no recuerdan los patéticos actos fallidos y balbuceos de Rajoy cuando, refiriéndose al nombramiento del presidente del Consejo General del Poder Judicial dijo: "Yo he votado… Bueno, yo no… Pero… En fin… Las personas que forman parte del Consejo elegidas por el PP hemos votado… O han votado…?".

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