Feijóo y la mariposa

El plan implícito de Feijóo es suplantar al PSOE, ocupando su lugar ideológico, con una gestión más aseada

Lo que yo prefiera es indiferente para hacer un juicio. Justo por eso me parece muy bien que el PP confiese o se proponga explícitamente no pactar con Vox y ganar el espacio de la centralidad. Es lo que llevan dentro desde el principio y yo soy partidario de la verdad por delante.

El plan implícito de Feijóo es suplantar al PSOE, ocupando su lugar ideológico, con una gestión más aseada. Ha hablado, en consecuencia, de llegar a pactos con Sánchez (quiere darle el abrazo del oso). Y ha hecho carantoñas a los nacionalistas y a los sindicatos UGT y CCOO, mientras hacía ascos a Vox. No es extraño, porque Vox no quiere ocupar el espacio del PSOE ni el del PP, sino darle la vuelta. Pemán distinguía dos acepciones de "poder": como sustantivo, que es el lugar que quiere ocupar Feijóo, y como verbo, esto es, ser capaz de hacer cosas. ¿Qué cosas distintas quiere hacer Feijóo? Siempre se entenderá mucho mejor con quienes están en donde él quiere (PSOE, PNV, UGT, CCOO, etc.) que con quienes quieran dar un volantazo.

La propuesta, pues, está clara. El problema es su éxito o no. El programa de Feijóo debería de tener gran predicamento entre los votantes socialdemócratas desencantados del PSOE. En buena lógica, Sánchez no puede menos que haberles decepcionado. Pero ¿cuántos son? José Antonio Montano presume de que él es el último socialdemócrata; y va a ser verdad. Las estadísticas indican que el PSOE baja algo, pero no hay una deserción en masa que vaya a aclamar al recambio de Feijóo.

Con el centro les pasa a los partidos españoles como a las mariposas con las bombillas. Se empeñan en moderarse, con el aplauso rendido de los politólogos, y, cuando al fin lo consiguen, mueren abrasados del éxito centrípeto. El declive de UCD-CDS fue una prueba. Y la evolución de Rajoy. Y el caso de Cs. A Feijóo puede irle muchísimo mejor, sí, claro, pero contra el histórico.

Por ahora, renuncia a disputarle los votantes a Vox, ni tampoco los apolíticos o incluso de izquierdas que empiezan a ver que el actual sistema político les ha traicionado. Ésos, ea, para Abascal. Feijóo confía en que sus votantes de derecha vuelvan a hacerse los tontos con su enésimo giro al centro(-izquierda) y que cientos de miles de socialistas moderados sean tan listos como para apreciar su finezza. Puede pasar al revés. Yo veo a la mariposa volando candorosamente hasta el filamento incandescente. Quizá no. Ya veremos.

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